El día 3 de junio pasado se puso en marcha en Villa Constitución la decisión de un centenar de trabajadores de base de distintas regiones de nuestro país de construir una herramienta político-sindical de la clase obrera y trabajadores en general. Esta herramienta tiene como propósito construir desde la lucha cotidiana en cada lugar de trabajo, una propuesta que tenga como objetivo la organización independiente de la clase laboriosa que levante un proyecto político que convoque, atraiga y organice al conjunto del pueblo argentino.
Nuestro Partido impulsa esta herramienta con la clara convicción de que no se trata de una herramienta partidaria ni de un brazo sindical propio, sino que se trata de organizarnos los trabajadores como tales, como clase, más allá de las pertenencias partidarias que cada uno tenga o no tenga. De allí que la amplitud del movimiento es una de las principales características del mismo, dado que tiene como principio la más extendida y profunda participación y organización de la masa de trabajadores de nuestro país. La otra característica esencial es la metodología asamblearia y el ejercicio de la democracia directa para la toma de decisiones sobre qué acciones tomar y cómo llevarlas a cabo, para romper definitivamente con el concepto de representatividad burguesa que nos ha enseñado a delegar nuestro poder en sus representantes (sean estos políticos, sindicales o de cualquier orden).
La reunión de junio tomó la decisión de llevar esta propuesta a cada lugar de trabajo para desarrollarla, hacerla crecer y seguir organizándola al tiempo de dar impulso a reuniones de carácter local y/o regional con trabajadores interesados en la misma. Este mandato se está cumpliendo con reuniones realizadas o a realizar, tal como se publicó en esta misma página el pasado 28 de julio, en el camino de la realización de otra reunión nacional en el mes de setiembre.
Los pasos dados en este sentido, desde el 3 de junio y con las reuniones subsiguientes o en marcha, son de un carácter fundacional. Estamos erigiendo y construyendo una herramienta que desde lo pequeño a lo grande, como todo objetivo que emprende genuinamente el trabajador en su vida cotidiana, avance decididamente hacia objetivos superiores.
La materialización de la organización será fruto de la dedicación, el esfuerzo y la inteligencia colectiva del conjunto. Aquí no se debe ninguna orden “desde arriba”. Dependemos, y es excelente que así sea, de la iniciativa cotidiana de cada constructor de la misma en su puesto de trabajo. Partiendo de sus compañeros más cercanos, de allí a una sección o sector de trabajo, de allí hacia otros sectores y luego hacia la totalidad del lugar que se trate. Cada reclamo, cada iniciativa, por pequeña que parezca, suma al torrente de iniciativas que se llevan adelante en todo el país. Cada una de ellas están respaldadas por una propuesta nacional que está en marcha; pero más importante aun, esa propuesta nacional en marcha necesita nutrirse y llenarse de esas acciones que desde abajo son la que le darán sustento y sustancia al proyecto. De lo contrario, sería una cáscara vacía, un edificio sin cimientos sólidos y columnas que sostengan y hagan posible la gigantesca empresa que significa construir desde lo más profundo de las necesidades, las aspiraciones y la participación de nuestra clase.
Porque la complejidad de esta tarea no pasa por construir un “aparato”; eso sería el camino más rápido y corto para llevarla a un callejón sin salida.El desafío es cómo cotidianamente sumamos voluntades y aspiramos a llegar y a organizar a las masas trabajadoras. Unidad y masividad deben ir de la mano en cada paso que pretendamos dar, aun cuando (como todo en la vida) los que comienzan con la construcción sean un grupo pequeño. El camino emprendido se irá ensanchando porque aquí cada trabajador y trabajadora tienen un puesto de lucha que está a su disposición. Esa es la base de la independencia política de la clase obrera para encaminarse hacia su liberación, desde el ejercicio de la democracia directa y con la unidad desde abajo y desde la lucha.
Hubo momentos de nuestra historia como clase en las que, aparentemente, empezamos desde cero. Sin embargo, estamos asentados en más de un siglo de experiencia de organización de la clase obrera argentina. Somos parte de esa clase que, aun en los momentos más duros y difíciles de la lucha contra la burguesía, supo sostenerse y sacar fuerzas renovadas para acometer objetivos como el que nos estamos proponiendo en la actualidad.
Desde esa historia venimos y seamos concientes que estamos escribiendo nuevas páginas para que la misma se siga enriqueciendo y nos sigamos acercando al objetivo final de derrotar definitivamente a la clase explotadora para construir una sociedad en la que el ser humano y su trabajo dejen de ser una mercancía para convertirse en sujeto de su propia vida y de la vida del conjunto social.