Los procesos políticos internacionales no son fáciles de analizar, la concentración de los medios de comunicación en pocas manos de la burguesía no permiten ahondar en las verdaderas aspiraciones de los pueblos en el escenario de la lucha de las clases.
En Venezuela, se producen acontecimientos de una magnitud política que trascienden ese territorio nacional.
La principal petrolera estatal de Rusia Rosneft, la puesta en marcha de la empresa Smartmatic en el control del voto en la Constituyente, propiedad del mano derecha de Jeorge Soros, el abastecimiento de petróleo a EEUU y la trascendente inversión China en territorio Venezolano, entre otros tantos negocios, explican por arriba el intrincado y violento momento que se vive en aquel país.
En nuestra opinión esta situación de disputas en los marcos de una globalización que no logra hacer pie en la centralización política que se requiere en el plano internacional, no permite que veamos lo esencial, lo que verdaderamente “tira” la historia para adelante, la autodeterminación de los pueblos que implica una posición de clase y que pone en escena al principal actor de toda confrontación que se dé por arriba.
Cada país que interviene en acontecimientos como los de hoy en Venezuela tienen por detrás intereses monopolistas que expresan las políticas de esos Estados superando los intereses nacionales propios. Pero los pueblos se rebelan una y otra vez. Es falso dividir caprichosamente a la lucha de clases en izquierda o derecha, o si es capitalismo neoliberal o capitalismo populista, cuando esencialmente se trata de lo mismo. La lucha de clases viene pulverizando esos conceptos, los pueblos quieren decidir su futuro, los pueblos necesitan de la autodeterminación porque además de todo, en esta época histórica, los procesos están viniendo de muy abajo y Venezuela no es la excepción.
No ha sido casual entonces que los grandes revolucionarios del mundo siempre se aferraron a la confianza ilimitada en los pueblos, en esa autodeterminación rechazamos todo tipo de intervencionismo para la resolución de ese proceso. Las denuncias internacionales, las mentiras y manipulaciones saldrán a la luz cuanto más y mejor intervenga el pueblo venezolano en elegir su destino.
En este marco complejo, la clase obrera y sectores populares venezolanos, sabrán ir abriéndose camino a través de la lucha de clases contra el enemigo irreconciliable que es la burguesía y, sobre todo, los más concentrado de esa clase: la burguesía monopolista u oligarquía financiera internacional.
Al igual que ocurre con otros pueblos latinoamericanos y del mundo, el camino de la revolución socialista es el único destino al que deberán arribar para resolver definitivamente los problemas de su liberación de la esclavitud capitalista. Y ese camino implica una lucha inclaudicable diaria por las conquistas más sentidas de la población al tiempo que van preparándose las fuerzas de la clase obrera y el pueblo capaces de conquistar el poder, destruir el Estado al servicio de los monopolios y construir el socialismo con base en la socialización de los medios de producción.
No puede concebirse ese camino sin el protagonismo masivo del proletariado, como avanzada de la sociedad, y las masas populares negadas hoy de los medios de vida imprescindibles para decidir soberanamente sobre su presente y futuro.