La clase dominante necesitaba ordenar su frente interno. Las Paso eran un ámbito de disputa para sacar diferencia. La crisis política que perdura en el tiempo necesitaba cierto oxígeno para implementar políticas exigidas desde el capital financiero.
El empate técnico en la provincia de BsAs es una expresión nacional de como seguirán las cosas de aquí en más.
Pasadas las primeras horas de éstos comicios, la vida cotidiana se llevará todo por delante.
Todos los candidatos de la burguesía de una u otra manera se las ingeniarán para el festejo mediático. Unos y otros harán alarde de cantidad de seguidores, pero todos ellos saben que para erigirse en opción política, para llevar los planes necesarios que exige el capital financiero nada de lo sumado alcanza.
La burguesía monopolista necesita de una base social muy amplia para llevar adelante los negocios preparados en sendas carpetas de la casa rosada, seguramente lo intentarán y con cierto éxito como hasta ahora, pero saben que el voto emitido a uno y otro bando no es un cheque en blanco.
Lo sustancial de éstas jornadas sigue siendo el NO a este o aquel candidato más allá de la base de votos estables que cada uno posee. No prevalece el voto por un proyecto, no prevalece el voto convencido. Aún lo “efímero” es lo determinante y ello implicará más crisis política.
En éstas circunstancias la burguesía volverá a la carga con las elecciones de octubre, intentará una y otra vez golpear al movimiento de masas con medidas de apriete mientras por arriba el rompe cabezas no termina de armarse.
Para los revolucionarios el terreno de disputa contra la burguesía es enfrentarlos en su eslabón más débil, o sea el político, pero ahondando en el terreno más propicio que es en el abajo, bien abajo.
En cada fábrica, en cada barrio, calle por calle, escuela por escuela, allí en donde existen oídos receptores de políticas de cambios revolucionarios.
No hay que dejarlos hacer pie en donde quieren hacer pie, la crisis política no los detendrá en sus intentos por disciplinar a la clase obrera y el pueblo, aprovecharán del show mediático pera la vida cotidiana de cada hombre y mujer de nuestro pueblo será cada vez más compleja y difícil y no se someterá a ningún capricho de la clase dominante. La dispersión del voto así lo denuncia, y exige de los revolucionarios profundizar las labores correspondientes a los planes revolucionarios en marcha. Persistir una y otra vez en circunstancias en donde la base de búsqueda de nuevas salidas para transitar una vida digna se multiplica el potencial revolucionario que anida en nuestro pueblo es lo que marca el termómetro de la lucha de clases en nuestro pais.