Con el reportaje de ayer, otorgado por la Ex presidenta a un medio informativo, se lanzó oficialmente la campaña electoral hacia octubre. Tanto el gobierno como la oposición, no terminaban de cerrar las urnas de las PASO, cuando dieron continuidad a la propaganda “del Voto” .
Hay que sostener una gran mentira mintiendo un poco todos los días.
Cristina Kirchner intentó formalizar su presencia con un ida y vuelta poco común en su larga trayectoria política. Habló mucho y dijo poco, pero en su verborragia dejó muy en claro que para el 2018 es garante del sistema. Entre preguntas y respuestas se pasó más de una hora, aunque muchas intervenciones no tuvieron más que un recuento “histórico”, para lamentar o para mentir.
Destacamos algo sustancial de su profundo pensamiento:
Acusando, no sin razón, a este gobierno “de empresarios”, así lo dijo literalmente, la ex presidenta arremetió con la chicana, pero refrescando la memoria de “olvidadizos” advirtió que su gobierno supo abrir puertas a las grandes empresas como nunca antes en la vida económica de nuestro país. Le faltó decir que brindó con el mejor de los vinos los acuerdos con Monsanto, empresa cuestionada globalmente.
En sus ojos brillaba la encendida defensa del sistema capitalista y la defensa del sistema democrático representativo como herramienta útil para desmovilizar el gran descontento estructural de nuestro pueblo hacia las políticas de la clase dominante.
Dijo lo que tenía que decir dirigiendo las respuestas a los “empresarios” que la “aconsejaron” durante varios años.
De ninguna manera esperábamos otra cosa, por ejemplo no hizo centro en los intereses de la clase obrera y el pueblo, de la reforma laboral impuesta en los hechos, de la reforma educativa, del papel represivo del Estado para disciplinar a la población, de llamar a una extendida movilización permanente de nuestro pueblo para no dejar gobernar al gobierno de los empresarios. No esperábamos ni siquiera una mentira en esas respuestas que ningunearon el dolor de explotados y oprimidos.
La señora salió a la palestra a defender el sistema capitalista y al sistema representativo tan cuestionado por el pueblo. La clase dominante salió a profundizar “la grieta” y correr los ejes que pueden peligrar su dominio. Enervan la división del pueblo, “dividir para reinar” y usan y abusan del terreno electoral cuando saben todos ellos que nuestro pueblo está comenzando a encontrar expresiones políticas independientes que además de ponerlos en caja en todos sus actos políticos, de hecho pone en cuestionamiento a la democracia representativa y comienza a ejercer, de una u otra manera, la democracia directa.
A la ex presidenta y al presidente del gobierno de los empresarios los une la defensa del sistema, pero saben y lo tienen bien asimilado, que las grietas que se imponen y que los llevan a una crisis política es justamente el descreimiento por las grandes mayorías de las “ofertas de bondades” que pululan en el mercado de la burguesía.
En este reportaje la “señora” abogó por el voto comprometido, el voto que le diga no a este gobierno, sólo le faltó decir: ¡Síganme, no los voy a defraudar!
Los revolucionarios persistimos en la idea de hacer lo que hay que hacer, no desesperar entre tanta inmundicia y salir al cruce de la clase dominante en el terreno que corresponde a los revolucionarios que es en cada fábrica, en cada barrio, escuela, etc.
La unidad del pueblo es imprescindible y mientras la ex presidenta alienta la grieta, a lo que el presidente no le va en zaga, los revolucionarios alentamos la unidad contra toda injusticia del sistema y poco importa si el voto fue a uno u otro contendiente de la burguesía.
De este lado de la barricada la unidad es imprescindible, el proceso revolucionario que está en marcha requiere de masividad ante un enemigo confuso en lo político pero firme en la defensa del sistema. Para muestra sobra un botón: Hasta Canal Trece le dio prensa a la ex, no hubo una sola excepción de ninguneo, se fogoneó la división y a ello hay que responder con más unidad popular denunciando a la clase dominante y a la vez ampliando el horizonte de la movilización contra el sistema que ya en sí mismo facilita los caminos de unidad popular.