Hace más de 100 años el genocida Roca comandaba un ataque de exterminio contra el pueblo mapuche, que las mentiras burguesas dieron en llamar “Campaña del Desierto” para ocultar su carácter genocida. Lo hacía porque, por aquel entonces, los capitalistas que “mandaban”, necesitaban ampliar las tierras de crianza de ganado, en un momento en el que era un gran negocio la exportación de carnes congeladas a USA y carne a Inglaterra.
Hoy es otro el sector del capital que manda. Es la oligarquía financiera. Menos del 1% de la población que detenta más del 50% de la riqueza mundial.
Este sector monopolista, que abarca todas las ramas de la producción, entre ellas el petróleo, viene instalándose en tierras mapuches, contaminando todo a su paso, dejando sólo muerte y desolación. Algunos compañeros resistieron –y resisten-, y sufrieron persecución legal o de la otra por luchar. Otros, aceptaron las promesas de la burguesía monopolista, generando algunas divisiones en el pueblo.
Pero cualquier división eventual queda diluida en la realidad, y la crueldad de los negocios, que no tiene límites. Hoy, la oligarquía financiera QUIERE QUEDARSE CON TODA LA TIERRA. Y es en este marco que se despliega toda una avanzada de represión por parte de la burguesía monopolista, a través de sus políticos lacayos y utilizando para eso a sus perros guardianes, uniformados de cualquier clase.
Es en este marco que debe entenderse la criminalización de la lucha en la comunidad WinkulNewen, el desalojo en Campo Maripe, la represión al LofCushamen, la judicialización de la lucha, la detención de Jones Huala o Elizabeth Loncopan, la desaparición de Maldonado o de Olivera, así como de otros miembros de ésta y de otras comunidades, entre otras acciones que incluyen la destrucción de los hogares de los compañeros de la comunidad, abusos, golpes, detenciones injustificadas. El grado de ferocidad y salvajismo que despliegan contra los pueblos originarios no tiene límite y no puede, de ninguna forma, expresarse en palabras.
Y la disputa, en modo alguno pasa por la aplicación de la famosa ley 26.160, que, al decir de los propios miembros de las comunidades: “nunca se implementó, sólo fue una herramienta para tener en claro quienes vivían en qué lugar y que proyectos mineros, petroleros o hidroeléctricos se podían llevar adelante y cuanta resistencia iban a tener”.
HOY, EN ESTE INTENTO DE AVANCE DE LA OLIGARQUÍA FINANCIERA, ESTÁN REPRIMIENDO COMUNIDADES EN VACA MUERTA CON LA MISMA BRUTALIDAD.
En la madrugada del martes 19 de septiembre, el Pu Lof Fvta TV Xayen, correspondiente al Paraje Tratayen, a unos 80 kilómetros de la ciudad de Neuquén, sufrió la avanzada de un sector de la policía provincial, que con total cinismo llaman “unidad especial de servicios” cuando deberían llamarla grupo de asesinos a sueldo y al servicio del capital.
Pero toda acción represiva llevada a cabo por el estado de los monopolios, si bien protege sus negocios, TAMBIÉN INTENTA ESCONDER SU PROFUNDA CRISIS POLÍTICA, dada por un pueblo que, ya sea en tierra mapuche, en las fábricas o en los barrios, avanza a paso decidido reclamando por su derecho a una vida digna.
LOS NEGOCIOS DE LA BURGUESÍA PENDEN DEL HILO DE LA MOVILIZACIÓN POLÍTICA. LA PAZ SOCIAL, EL SILENCIAMIENTO DE TODO Y LA PRESIÓN REPRESIVA, TIENEN SU JUSTIFICACION EN SU NECESIDAD DE MANTENER LOS NEGOCIOS, ENFRENTADA A LA LUCHA DEL PUEBLO QUE NO LES DA RESPIRO Y YA NO ACEPTA SUS MENTIRAS
El estado al servicio de los monopolios intenta por todos los medios mostrarse fuerte y hegemónico. Pero la realidad dista mucho de ser ésta. Sabemos que sus negocios sólo nos dejan muerte, por hambre, ritmos de trabajo, contaminación, despojo o represión y el pueblo ya no está dispuesto a tolerarlo. Es por eso que tratan de golpear donde más nos cuesta defendernos.
Por eso golpean en las comunidades, que se encuentran lejos de otros centros poblados y, por ende, se ven solas al momento de enfrentar a los verdugos del capital o como los compañeros de Cresta Roja que fueron reprimidos para que no corten la ruta de Ezeiza a Cañuelas.
Pero la verdad es que la bronca crece, las luchas se multiplican, y es a esta multiplicidad derivada de la furia justificada de la clase obrera y el pueblo que le tienen miedo. Y es por eso que salen a “hacerse los guapos”, atacando donde menos posibilidades de defendernos tenemos. Pretenden hacernos creer que pueden “poner mano dura” contra el pueblo, cuando la realidad es que saben perfectamente que las luchas explotan al ritmo de nuestros padecimientos y que ellos no tienen la capacidad de acallarlas todas.
¿Qué posibilidades de reprimir van a tener cuando estas luchas exploten masivamente? ¿Cómo van a hacer para acallar a todo un pueblo que los viene encerrando con el enfrentamiento?
Por eso, lejos de dejar de luchar, lo que tenemos que hacer es ponerles más palos en la rueda, todo el pueblo, contra todos los explotadores. ORGANIZACIÓN Y UNIDAD PARA NO DEJARLOS GOBERNAR