En el día de ayer, jueves 28 de septiembre, falleció a los 88 años la compañera Ivonne Pierron, en el pueblo Illia, Departamento 2 de Mayo, en la provincia de Misiones.
Todo lo que podamos decir es poco referido a ella, que se sintetiza en una sola frase: “Una luchadora incansable y extraordinaria revolucionaria”.
La compañera Ivonne, nacida en Alsacia, Francia, era monja de las Misiones Extranjeras. Había llegado a nuestro país en el año 1956, a la localidad de Curuzú Cuatiá, provincia de Corrientes, donde comenzó a trabajar en el Hospital Militar de dicha localidad.
De una entrega total a nuestro pueblo y a su lucha, recordaba que siempre intentó aprender guaraní pero su fonética no se lo permitía, aunque lo entendía a la perfección. Esto le facilitó integrarse más aún con los sectores más humildes de nuestro pueblo en el litoral. En 1969, con el golpe de Onganía, se va a la Patagonia a trabajar con la comunidad mapuche y un tiempo después vuelve a Corrientes, a Perugorría, donde se involucra de lleno en las Ligas Agrarias y se incorpora a nuestro partido, participando activamente y organizando la famosa larga huelga de los tabacaleros, llevada a cabo por las Ligas Agrarias en Corrientes allá por el año 1973.
Ya cuando la represión recrudecía en nuestro país, en momentos donde la ofensiva represiva se hacía insostenible, en 1977 y producto de la persecución, recibe la indicación de nuestro partido para que abandone el país.
“Exiliada” en Francia juega un rol ejemplar y destacado en la denuncia contra los crímenes del terrorismo de Estado en la Argentina y en el reclamo incansable por sus dos compañeras desaparecidas, Alice Damon y Leonie Duquet (un caso de mucho renombre nacional e internacional ya que fueron dos monjas francesas desaparecidas en la última dictadura con directa participación de Astiz).
Luego se trasladaría a Nicaragua, apoyando a la revolución Sandinista y trabajando arduamente junto al pueblo nicaragüense.
Caída la dictadura en nuestro país, en los años ochenta, regresa lo que ella consideraba «su tierra», instalándose en la provincia de Misiones en una escuela rural, con el único objetivo de alfabetizar a los sectores más olvidados y abandonados de nuestro país.
Construyó una escuela con los propios niños y adolescentes de la pobreza más absoluta, muy precaria, con maderas del lugar, donde los depredadores de la especie humana, verdaderos fascistas (aspirando a que se vaya de la zona) se la prendieron fuego. Por fortuna no murió ningún niño.
La indignación y solidaridad (tratándose de una personalidad de relieve internacional), empujaron a que se construyera de vuelta la escuela, pero esta vez de material, donde pudo continuar con su labor hasta que enfermó.
A su avanzada edad encontró la muerte. Con pobreza material, es cierto, pero con una dignidad que pone en lo más alto los mejores y más hermosos valores de la humanidad.
La compañera Ivonne tuvo dos grandes amores en su vida: Cristo y el Che Guevara, y fue consecuente con el legado de esos hombres.
Hoy, la burguesía la hace «noticia» en Misiones, banderas a media asta y duelos, los diarios del sistema «la levantan».. el más vil oportunismo no tiene límites.
Pero para nuestro Partido, siguen presentes sus enseñanzas más profundas: no hablaba del Evangelio, evangelizaba con su ejemplo solidario sin pedir nada a cambio.
Su militancia inagotable fue la construcción en el seno del pueblo para que triunfe la revolución socialista.¡¡¡Ha muerto una revolucionaria, viva la revolución!!!