Las elecciones en nuestro país tienen, históricamente, la reglamentación “sagrada” de las famosas vedas electorales, de las que siempre la burguesía se mofa porque los medios masivos del sistema terminan reporteando a los principales candidatos aunque mas no sea lo que van a almorzar el día de los comicios, donde los periodistas se jactan de seguir la previa minuto a minuto hablando con cuanto político o intelectual les venga en gana. Llegaron incluso a inventar el boca de urna. Eso no viola sus propias leyes!!!! Qué va!!!! Si al fin y al cabo, son un instrumento del poder político.
Eso sí, si llegan a agarrar infraganti a algún militante haciendo una pintada, o a un grupo de jóvenes tomando una cerveza, estos son detenidos y humillados. El argumento es simple: tenemos que demostrar que somos un país ordenado y civilizado, y que hay leyes que el pueblo tiene que respetar donde les calza justo el refrán: haz lo que yo digo pero no lo que yo hago.
El día de ayer, a menos de 24 hs de los comicios, sucedió en el país un hecho histórico que no tiene antecedentes, y que desde nuestra lectura tiene una profundidad que pone en blanco sobre negro la debilidad y crisis política del sistema (lo cual no significa una crisis de dominación).
Las multitudinarias manifestaciones en repudio y por justicia de la desaparición forzada seguida de muerte de Santiago Maldonado que se sucedieron en el país, con sus pancartas y banderas de cada partido y agrupaciones, miles y miles de jóvenes, trabajadores, y de los más diversos sectores de nuestro pueblo, intuyeron certeramente la debilidad política de la burguesía, saliendo a desafiar abiertamente su tan mentada veda electoral.
Esto expresa algo más que una protesta casual. Denuncia una disposición a la lucha que muestra a la luz de lo de ayer el mar de fondo por donde transita el enfrentamiento de clases, ese que hoy todavía no pone en una recta final al gobierno y sus políticos, pero que sí indica el devenir inmediato ante las medidas que los monopolios necesitan seguir tomando.
Lo de Santiago Maldonado es doloroso por donde se lo observe pero no se puede ocultar en el brete que puso, la muerte de este joven luchador, a todos los planes que los monopolios se traen entre manos.
Es decir, más hambre, explotación y miseria a nuestro pueblo para avanzar en las ganancias. Para lo cual, y sobre todo, la mentada reforma laboral va a requerir de una mano fuerte con una fuerza represiva que trataron de propagandizarla limpia y prestigiosa, como la niña bonita de la represión y el orden: la Gendarmería.
Les decimos al gobierno de los monopolios y a toda la burguesía: en la coyuntura política histórica, el hoy más precisamente, quieren enfrentar las luchas inmediatas que se avecinan con represión? Háganlo!!!! Nada más tengan en cuenta que hay un problema, ¿tienen con qué?. El mundo miró expectante la muerte de este joven y la extraordinaria conducta de nuestro pueblo: ¿qué resto y margen político tienen para matar políticamente? ¿los votos? Pregúntenle a De La Rua, que incluso tuvo más votos que uds.
No señores. La violación de la veda de ayer sepultó en el archivo de la desvencijada moral burguesa la añoranza de los sables de la caballería asesina de los obreros de los Talleres Vasena. Y entonces recurren a la mentira que es lo que mejor manejan.
Y en el caso Maldonado podrán decir lo que quieran por más exámenes forenses que les quieran poner, ya es tarde.
Ni las confusiones que intentan meter recomponen la barrera que se derrumbó. El pueblo hizo justicia por mano propia: a Santiago lo mató el Estado de los monopolios. Ese es el veredicto.
Lo dijimos, lo reafirmamos y lo sostenemos: la resistencia de nuestra clase obrera y el pueblo viene de menos a más, y estos viejos-nuevos gobiernos con las políticas de siempre están condicionados.
Y si toman las medidas económicas que toman es porque son órdenes hasta diríamos anárquicas e irresponsables que emanan del poder económico mundial: los grandes bancos, las multinacionales. Y estos tipos tienen que hacer los deberes.
Pero así como la política manda al fusil, la política manda a la economía, y ahora están en serios problemas.