Parece que cada 2 años se repiten las discusiones, los reproches de a quien votaste, cuantas bancas agarro sultano, cuantos menganos entraron, y cuantos perenganos quedaron afuera. Los medios burgueses van a taladrar mañana, tarde y noche con las elecciones, los resultados, y el devenir del país.
Intentaran polarizar entre gobierno y oposición y de ahí el pueblo “debe” “elegir”, opinar, repetir. El circo continúa y el entretenimiento con palabras huecas que no aportan ni van a ningún lado es su laburo. Nunca algo tan vacío y a la vez tan jodido.
Las elecciones pasan, los problemas quedan y se profundizan.
Luego del acto electoral, todo vuelve a la “normalidad”, la explotación continua, la inflación, los problemas en el sistema de salud, en la educación, etc.
Es que con las elecciones, con el voto, nunca se le ha puesto freno a ningún gobierno y ni a sus planes de explotación ¡nunca cambiaron las cosas a favor del pueblo! Burdas mentiras si las hay. La historia así lo dice y la lucha de clases lo corrobora. El 17 de octubre, el Cordobazo, el villazo, el 2001, las recientes movilizaciones por Santiago Maldonado en plena veda electoral burguesa y tantos ejemplos más de movilizaciones masivas que demuestran que a lo largo de nuestra historia, el verdadero freno a los planes monopólicos, sus gobiernos de turno y sus instituciones fueron, son y serán las movilizaciones masivas y sus distintos grados de violencia.
¿Y ahora qué sigue? Más de lo mismo. La burguesía intentando avanzar con sus planes de explotación (léase reforma laboral, tarifazos, despidos) y la clase obrera y sectores populares dando lucha día a día por conquistar derechos políticos, defendiendo los ya conquistados, etc.
El problema es el poder
En un país capitalista como el nuestro, no se puede especular con las elecciones, o candidatos, o quien va a mejorar un poco las cosas.
Si queremos que algo cambie y “la historia no se repita”, es decir que avance el proceso revolucionario, nosotros también deberemos cambiar. ¿Qué queremos decir? Todo lo hecho por la clase obrera y pueblo en general está muy bien, hay lucha, resistencias, avances y retrocesos. Cada conflicto que se genera en nuestro país, son palos en la rueda, golpes que recibe el gobierno de los monopolios, que le impiden llevar adelante sus planes como quisieran. La lucha política se da y hay que profundizarla, pero con eso solo no alcanza.
Hay que continuar construyendo poder por abajo con sólidas bases políticas e ideológicas para terminar con el sistema. Y en las herramientas políticas de los/as trabajadores/as está la verdadera salida. Porque el verdadero cambio está en el protagonismo en la lucha de cada obrero /a, cada enfermero/a, cada docente, estudiante, cada ama de casa, desocupado/a. Es importante que como clase sigamos construyendo un proyecto político independiente del Estado, con sus propias instituciones de poder popular. Un proyecto que apunte a verdaderos y profundos cambios que necesitamos para poder vivir dignamente como nos merecemos.