No nos cansaremos de plantear que este ajuste que vivimos (ver reformas, inflación, tarifazos) es una necesidad de los monopolios por apropiarse de masas de plusvalía a costa de los trabajadores y sectores populares. Esto hoy se da a nivel mundial.
En nuestro país, con un Estado que ya es parte de dichos monopolios, con todas sus instituciones, llámese fuerzas de seguridad, sindicatos, congreso, poder judicial, con el gobierno de Macri a la cabeza le han declarado la guerra al pueblo.
Ante todo este plan de ajuste, recortes, despidos, cierre de empresas, no faltan la palabras de quienes dicen que “hay que aprender a votar”, “jódanse para qué lo votaron” y frases no muy productivas para los momentos que se viven. Lejos de dar la discusión a estas cuestiones, la realidad marca día a día, con las movilizaciones cada vez mas masivas y de todo tipo en las calles, que nadie se rinde, que no importa a quien se voto o a quien se dejo de votar, que no importa quién gane en las próximas elecciones, lo importante es frenar los planes de los monopolios.
Una nueva democracia está naciendo
Si bien son muy importantes los resultados que se obtienen de la lucha, si se consiguen o no los objetivos propuestos, cabe resaltar que día a día medimos fuerzas contra el enemigo en común y eso no es poco. Para llegar a cada batalla que se le da al poder burgués, hay laburantes, gente del pueblo en asambleas, sintetizando experiencias anteriores, tomando decisiones, organizándose de una y varias maneras, buscando caminos más unitarios. Ese aprendizaje nos lo da la lucha y ese gran desafío de proponernos ser cada vez más, estar cada vez mas organizados, de golpear como un solo puño para poder lograr los objetivos propuestos desde un principio. Todo esto es democracia proletaria, democracia popular y la acumulación de años y años de lucha.
Objetivos más profundos
Bien sabemos que los monopolios quieren mantener este sistema de explotación y de dominación a toda costa y se valen de todos los medios e iniciativas para sostenerlo. Por otro lado también sabemos que los trabajadores y el pueblo no podemos vivir toda la vida frenando sus planes de ajuste, o peleando por mayor salario. ¡¡Hay que cuestionarles su dominación!!
La tierra, los ríos, la materia prima, los medios de producción y la producción, todo es nuestro, nos pertenece. Nosotros como pueblo somos los que debemos decidir el destino de los mismos.
No es una cuestión de declamación, sino que desde la misma experiencia de lucha hay que poner en discusión y debate estas cuestiones imprescindibles de nuestro presente y futuro inmediato.