SE AGUDIZAN LAS CONTRADICCIONES INTERMONOPÓLICAS
Las clases dominantes, después de las jornadas del 14 y 18 de diciembre (como la punta de un iceberg de un nuevo proceso) quedaron con un gobierno debilitado con sus mecanismos de engaño y “diques de contención”, resquebrajados y llenos de grietas producto de la agudización de la lucha de clases que les generaron una interminable lista de contradicciones que les terminaron explotando en sus manos. La burguesía hoy arma una selección distinta en cada esquina, como afirmáramos, con otras palabras, en el artículo del miércoles pasado.
Como sabemos, contradicciones siempre va a haber, y las hay, incluso en el campo del pueblo. Pero cuando en el seno de una clase, en este caso la burguesa, “rompen los códigos” al mejor estilo mafioso (como a ellos les gusta decir) lo que están asumiendo es que tales contradicciones se volvieron antagónicas, y allí de todo puede pasar.
La táctica asumida por el gobierno de extorsionar y condicionar a los gobernadores (pares burgueses) para que voten la Ley Previsional, más la detención de algunos sindicalistas burócratas de segunda línea (siempre dentro de la misma táctica) pretendiendo tener agarrados en un puño a todo el sindicalismo empresarial gordo (amenazándolos de meterlos presos) para que acaten una lista de medidas antiobreras que tienen como meta fundamental el aplastamiento salarial, sería intrascendente si no fuera porque detrás de cada pope sindical (amén de sus intereses particulares) existen sectores de los monopolios que ya no están dispuestos a comulgar con políticas económicas que se contraponen a sus negocios inmediatos. Macri no les es confiable, y ahí todo cambia.
Las recientes declaraciones de Luis Barrionuevo: “Que Macri no le pise la cola al león…a los sindicatos los atacaron los militares, Alfonsín y De La Rúa, y no terminaron sus mandatos”, no son de un loco trasnochado, ni hace falta aclarar el prontuario de Barrionuevo. Más bien está en clara sintonía con el nivel de crisis política que expresa la burguesía, y de la gravedad que tienen sus contradicciones. Barrionuevo, para decir lo que dijo, es porque está bajo el paraguas de grandes intereses, y sus dichos preanuncian una confrontación decidida de una fracción no menor de la burguesía monopólica.
Ahora bien, el motor de todo esto es sin duda la enérgica y tenaz lucha de los trabajadores y el pueblo (digámoslo así, el verdadero león) lo cual coloca al movimiento de masas en una nueva calidad para la confrontación abrazando las anchas avenidas de la democracia directa, dando pasos firmes y decididos en formas de organización (sobre todo en los grandes centros laborales) donde el norte que nos llevará a grandes triunfos y avances es sin duda un sindicalismo revolucionario cuyas patas fundamentales son la independencia política de la legalidad burguesa y la masividad en la lucha a través del ejercicio de la democracia directa, donde los trabajadores discutan, aprueben, y ejecuten colectivamente.
Si bien el desprestigio de las burocracias en los trabajadores es total, las contradicciones que expresamos profundizan, propagandizan y blanquean situaciones que no dejan dudas y ayudan a elevar la conciencia de los trabajadores de los pasos a seguir.
La democracia directa también contiene un anticuerpo contra gérmenes que están haciendo daño y poniendo palos en la rueda a la masividad, que es el activismo que pone el carro delante del caballo priorizando el sostén de los aparatos por sobre el protagonismo del conjunto de los trabajadores, donde hacen pesar más la opinión y especulación de tal o cual política electoral que salir a quebrar los planes del gobierno y la burguesía en su conjunto.
Hoy un nuevo desafío histórico se presenta y es en momentos como estos en que más confianza debemos depositar los revolucionarios en la lucha por el poder y en nuestra clase obrera y el pueblo.