Para el 1 de junio próximo, otro aumentazo en el transporte. Lo ratificó Dietrich el mismo que dijo que “en Iguazú están felices con la devaluación”. En sintonía con esta frase están las declaraciones de la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, la señora Vidal, que dispara que «Ahora tenemos que acelerar este rumbo y por eso necesitamos la ayuda del FMI. Por suerte, el mundo nos apoya y cree en nosotros” en obvia alusión a la devaluación y el ajuste. La señora Vidal afirma que “elegimos el rumbo correcto porque estamos protegiendo a los más débiles”. Sin duda que la dilatación de las paritarias docentes y los congelamientos salariales a los trabajadores municipales, más el desguace de sus planteles laborales, más la paralización de obras en vastas zonas del conurbano y del país, y la ausencia total de las mismas en otras, más la ausencia de ayuda frente a las inundaciones, más la inseguridad, los enormes aumentos de las tarifas de servicios esenciales y de impuestos inmobiliarios, más el desguace de los hospitales públicos, el cierre de escuelas y muchos otros contenidos pragmáticos de las políticas PRO, constituyen una clara forma de “protección a los más débiles”. De allí que los únicos apoyos que menciona la gobernadora para semejantes políticas sean los del FMI u otras expresiones del capital monopolista prendidos en el negocio del endeudamiento externo, la devaluación y los ajustes.
Sin duda el conurbano de Buenos Aires está por arder, no precisamente por el apoyo y las espaldas a estas políticas que implican un decidido ataque a las condiciones de vida del pueblo y su profundización lisa y llana. Está por arder porque estas condiciones han puesto sobre la mesa la urgencia de las necesidades de nuestro pueblo que la gobernación provincial de Buenos Aires y las intendencias con su estado de parálisis e inconsistencia política son impotentes de contener. El estado deliberativo y las iniciativas de movilización van en ascenso al compás de la parálisis de las intendencias que, embretadas en sus internas y su carencia de perspectivas políticas y en sintonía con la crisis generalizada de toda la institucionalidad del Estado monopolista, se amparan en las elecciones del 2019 como perspectiva de salvataje de esta situación.
Corroídas por su putrefacción e independientemente del partido al que representen, frente al pueblo carecen de autoridad y sufren los embates del cuestionamiento generalizado. Ello provoca que entre la gobernación y las intendencias de Buenos Aires se imponga la crisis política de una forma cada vez más anarquizada signada por la profundización del ajuste y el saqueo, por el empeoramiento de las condiciones de vida.
La incertidumbre del gobierno que busca los apoyos políticos en el mundo financiero porque no los tiene en el seno de la sociedad, se manifiesta también en toda la institucionalidad del Estado. Embretado en esta anarquía política y carente de una centralización efectiva que tenga consenso social, su incertidumbre es sinónimo de ingobernabilidad.
La necesidad de resolución de los problemas urgentes e inmediatos que demanda la amplia mayoría de nuestro pueblo profundiza la ingobernabilidad, ya que sus demandas carecen de respuesta efectiva si no se la impone por medio de la acción política, la organización y la masividad. Es decir, por la fuerza. Este es el único camino que nuestro pueblo ha practicado a lo largo de su historia para lograr mejores condiciones y conquistas. A este camino que está en plena ebullición en todo el país y en particular en la Provincia de Buenos Aires es al que más le teme la burguesía y toda la caterva de funcionarios de todos los niveles. No por la movilización misma sino, por el contenido que la misma ya comienza a expresar en sus rasgos. Porque las contradicciones sociales, el hartazgo y la madurez de nuestro pueblo han llegado a un punto que refleja que es necesario que toda la lucha, toda movilización, todo el contragolpe a este estado de cosas tenga incorporado el proyecto revolucionario de poder popular.
El estado asambleario en las barriadas, el carácter de su independencia política, su ejercicio metodológico en cuanto a las decisiones adoptadas, la salida a las calles y la adopción de la autodefensa, expresan su sentido insurreccional. Este es el único medio con el cual y por el cual imponerse a las brutalidades de sus políticas inhumanas.