La iniciativa del gobierno con el “respaldo” del FMI morirá en el intento. Los tiempos políticos se aceleran y en ello se les va su gobernabilidad.
La presencia de Dujovne y del presidente del Banco Central para “explicar” lo inexplicable, no fue ni más ni menos que un certificado de pobreza. Una conferencia de prensa anunciada desde muy temprano para oscurecer con una batería de medidas técnicas y explicaciones del mismo tenor lo que la gran mayoría del pueblo define como feroz ajuste. Mientras estos “señores” se expresaban respondiendo las preguntas de periodistas preocupados por los intereses de los monopolios, en Brasil una nueva devaluación del dólar conmovía los mercados latinoamericanos.
En el inicio de la “puesta en escena”, el ministro sólo pudo justificar la situación de crisis por “factores externos”. Vaya ministro, que cuando una gran mayoría de la población ya sabía el significado y resultado de pedir “inversiones para el crecimiento”. El mundo financiero, la oligarquía financiera planetaria trajo sus dólares, jugó en la “timba” propuesta por éstos mismos personajes y se alzó a la hora de apostar sus reales a economías “mas” sólidas como la de EEUU.
Dujovne estaba “confuso”, impresentable, las preguntas “servidas” de un periodismo execrable no fueron suficientes para evitar lo inevitable, no pronunció la palabra ajuste porque no se animó.
El papel que deberá jugar el Banco Central independiente del Tesoro, el ajuste fiscal, el dar por perdida la batalla contra la inflación en este año de jolgorio, en el no responder sobre al apriete tarifario, el abrir el debate paritario… son algunas de los condimentos que certifican la pobreza enmarañada.
Lo expuesto apunta a transferir riqueza a los sectores más concentrados. La esencia de lo hablado para no decir nada, es apuntalar lo actuado hasta aquí para seguir achatando el salario.
La lucha de clases existe a pesar de estos “estadistas” y la pregunta del millón es: ¿Cómo se hace para aplicar las medidas anunciadas cuando las espaldas políticas son frágiles? ¿Por qué lo hicieron hasta el día de hoy, con un alto costo que los lleva de crisis en crisis? ¿O acaso se olvidaron de los arreglos paritarios del 15% y no han pasado más que unos meses para que esa cifra se haya hecho añicos? O una inflación de un 15% para este año que terminará en un 27%.
El ministro, balbuceando- expresó que el FMI contempla “cierta” flexibilidad para cuando arrecien los problemas. Se olvidó de decir que los problemas ya están. Por la tarde, los sindico-empresarios le comunicaron al gobierno que las cosas por abajo estaban muy mal y la presión se hacía insostenible… Un cuarto intermedio hasta el martes no fue suficiente para que éstos popes hayan tenido que salir por la noche a desmentir que el paro estaba levantado.
El “señor” ministro sabe que los negocios que hicieron hasta aquí fueron y son florecientes, pero también sabe que los factores fundamentales que causan las crisis políticas profundas como las actuales son los rechazos que nuestra clase obrera y nuestro pueblo realizan diariamente; factores que muchas veces no se ven pero se sienten en un mal humor generalizado por el tendal de problemas que padecemos a diario.
Mintieron de entrada, ocultaron este factor para sacarlo de nuestras fronteras, pero en lo concreto dieron por perdida la batalla contra la inflación para este año, dieron por perdida la batalla de paritarias, pero se cuidaron muy bien de explicar el porqué las perdieron, dándose aires de conquistadores cuando reciben un “préstamo” aún no otorgado.
La crisis política de la burguesía monopolista se expresa hasta en sus formas. El ministro y el presidente del Banco Central salieron a dar la cara de un programa impuesto por el capital financiero que es inviable. Los mismos economistas burgueses reafirmaron la idea que en nuestro país hubo infinitos intentos por separar el Tesoro del Banco Central, todos, absolutamente todos fracasaron. Lo mismo con la flotación de la moneda, que cuando el ministro fue contundente en decir que no se va a intervenir, en el mismo instante se desdijo y explicó que si existe un desborde, seguramente alguna medida se tomará.
Las medidas se intentarán tomar pero en un marco de crisis política, y no como dice Dujovne, que se recurre a éstas medidas para evitar la crisis.
No hay nada gradual porque la lucha de clases no es gradual, una conferencia de prensa con anuncios rimbombantes para profundizar la crisis política porque nuestro pueblo no está dispuesto a ceder a nuevas y peores exigencias. Será un golpe por golpe y en ese camino se irán solidificando las fuerzas que vienen del abajo, con metodologías democráticas antagónicas con las propuestas de la clase dominante.