El escándalo de “los cuadernos” -que aparentaba ser un pase de factura del actual gobierno al gobierno anterior, con aparentes signos de una operación mediática con fines electorales de desprestigio-, está comenzando a tomar un vuelo mayor que actos de corrupción doméstica. Ya no sólo se trata de quién pidió las coimas o quién las ofreció, se trata de una guerra por las inversiones de capitales. En este caso, de un multimillonario negociado de la construcción de” la obra pública”, donde los bancos internacionales entablaron literalmente un enfrentamiento, que conduce mas a un proceso de concentración económico, que a un «mani pulite”.
La “patria contratista” pagaba coimas a los gobiernos de turno, llámese Techint con Pablo Rocca a la cabeza o los Roggio, o los Wagners, etc., verdaderos monopolios con sus centros operacionales en nuestro país, lavando su dinero en negro más allá de las coimas.
El actual gobierno de la mano de los P.P.P. (Propiedad Pública Privada) pensó que todo era un pase, como si se tratara de la venta de un jugador de futbol… Pero terminó tropezando con una piedra no querida: los inversores extranjeros de las P.P.P. hicieron jugar a la vía judicial y al espionaje de todo tipo para eliminar contrincantes, que se terminó llevando puestos a sectores que parecían intocables, pero que no dejaban de ser un estorbo.
A los “nuevos” grandes inversores de las P.P.P., las formas operacionales “marginales”, si beneficiaban a otros bancos no les cuadraban, y recurrieron a la ley burguesa para que les flanquearan el camino. Para eso tienen el Estado, es su herramienta y la van a usar, pero sobre todo no arriesgar nada y de paso comerse unos cuantos bancos: Argentina es la tormenta perfecta.
Las declaraciones de Ernesto Clarens (hombre fuerte de Néstor Kirchner en la City, pero que es el que maneja las finanzas de “la política ” desde Menen), hizo desbarrancar las acciones de varios bancos como Macro, Supervielle, ADRs, instituciones que cotizan en Wall Street, pero en donde la peor parte le toco al banco Galicia, que se le derrumbaron las acciones en Buenos Aires y Nueva York, perdiendo 300 millones de dólares. Todo esto luego de que se supo que su ex director -Luis María Ribaya- está en los famosos cuadernos y que estaría sumándose a la lista de los arrepentidos. Y todavía falta más, pues hoy en Argentina es feriado y en Wall Street abren los mercados. Y los derrumbes seguirán, con lo cual muchos grandes que tienen sus acciones en Argentina perderían.
Con una vuelta de tuerca contra estos bancos, que sí están implicados en operaciones online en negro, serían juzgados por la justicia de EE. UU., es decir, los cuadernitos son un tiro por elevación, de algo mucho más grande que no se puede mostrar
Pero la ola mayor de la tormenta perfecta la acaba de anunciar el gobierno de Macri, al crear un fideicomiso, que sería respaldo y garantía para los inversores de más de 5 mil millones de dólares para las nueva P.P.P.; de una obra pública en infraestructura, donde los famosos bancos internacionales inversores se sumarán sin dudas a nuevos acreedores de una deuda externa más. Con la salvedad que las empresas cuyos Ceos estén implicados en la causa de los cuadernos, quedarían cubiertas por el fideicomiso como garante, pues el acuerdo es que son los individuos los que violaron la ley y no las empresas. Hasta da risa.
Es decir, pase lo que pase los grandes inversores se hacen con la cabeza del león. La batalla se centró entre los bancos, donde ya aparecen vencedores y vencidos. Por eso, de los arrepentidos… bien gracias.
Quizás este hecho del fideicomiso expresa todo lo que anda dando vuelta: el mayor y más descarado acto de corrupción y mafioso al mejor estilo burgués, aunque el argumento sea la corrupción que sí la hubo y en el capitalismo la va ha haber siempre, pues ésta es inherente al propio sistema.