Casi cuatro semanas de conflicto y las 56 Universidades nacionales de todo el país aún no inician el segundo cuatrimestre. El gobierno de la burguesía, en el marco de una enorme crisis política, ofrece un 15 % de aumento a los docentes y sin cláusula gatillo.
Al presupuesto destinado a las Universidades se le recortan 3.000 millones de pesos, como anunció a principios de año el ministro de educación. Para el año 2019, se planea recortar en un 10 % el presupuesto, pero «gracias» a la inflación, el despojo llegaría al 25 %.
Muchas Universidades declararon ya la Emergencia Presupuestaria porque así no se puede seguir. Muchos docentes tienen contratos precarios. Los alumnos, sin clases. Las obras de infraestructura, paralizadas.
Claramente, un ataque directo a la Educación Pública que continúa la ya iniciada ofensiva del gobierno contra las escuelas técnicas en la Provincia de Buenos Aires, y el proyecto UNICABA que plantea cerrar los institutos de formación docente en CABA.
El plan es claro: desprestigiar a la educación pública con el objetivo de que la gente se vuelque a los institutos privados, en los cuales muchos funcionarios tienen intereses.
Pero, golpe por golpe, el pueblo organizado resiste.
Numerosas y masivas movilizaciones en defensa de la educación pública, gratuita y de calidad se vienen dando desde hace tiempo a lo largo y a lo ancho del país.
La lucha en esta defensa es la lucha de toda la comunidad educativa.
Contra el plan del gobierno de los monopolios y la timba financiera, marcharemos el 30 de agosto desde Congreso al Palacio Pizzurno.
Para profundizar el plan de lucha, contra el vaciamiento de la educación vamos a la Gran Marcha Universitaria. Porque el pueblo en la calle es poderoso, asestémosle un duro golpe a la burguesía.