En el día de ayer, miles y miles de docentes y estudiantes se convocaron en las calles, en medio de una nueva disparada del dólar/devaluación del peso, que no es otra cosa que un nuevo mazazo a los bolsillos del pueblo trabajador, un ataque a los salarios y a nuestras condiciones de vida. Incertidumbre, preocupación, bronca, imposible sentir otra cosa.
La lluvia y el frío se hacían insoportables en la Ciudad de Buenos Aires, pero así y todo, desde el Congreso hasta Plaza de Mayo las calles fueron copadas por docentes y estudiantes. También hubo movilizaciones en otras provincias, como en Córdoba, Mendoza, Neuquén, Jujuy y Salta.
El conflicto inicialmente arrancó por la paritaria docente universitaria, sin resolución aún, y que ya va por su cuarta semana. Pero adquirió un carácter político en el marco de una serie de conflictos nacionales que ponen en jaque la gobernabilidad.
A las masivas movilizaciones de los obreros del Astillero Rio Santiago y de los trabajadores de Fabricaciones Militares en Córdoba, se le ha sumado un enorme movimiento universitario que va más allá del salario docente y desemboca en un enorme movimiento por la defensa de uno de los más grandes derechos políticos conquistados por nuestro pueblo: la educación universitaria gratuita.
Al paro que se viene llevando a cabo en todas las universidades públicas del país se le va sumando la incorporación de muchísimas facultades en donde se sostienen asambleas, movilizaciones y clases abiertas, incluso, en forma autoconvocada. Esto es lo que le ha dado un carácter popular y masivo al conflicto
Estudiantes y docentes convertidos en grandes protagonistas, llegaban a las movilizaciones luego de tomar sus facultades y pasar la noche en vela en asambleas, talleres, debates. Junto a los docentes en paro, la convocatoria se replicó en todos los puntos del país.
Esta lucha abrió a un cuestionamiento profundo sobre las condiciones de las universidades, no sólo respecto al presupuesto o en la sub-ejecución de fondos en distintas provincias. Sino también, alrededor de lo que están viviendo los estudiantes y docentes, en donde el empeoramiento de las condiciones de vida es cada vez mayor y no toca fondo.
Vergonzoso es escuchar al jefe de Gabinete Peña, o al ministro de Educación Finocchiaro, decirnos con arrogancia que este gobierno “duplicó el presupuesto de las universidades en estos dos años”… absoluta falacia porque no están diciendo que la inflación en el mismo período ha sido superior al 100%, por lo que el aumento no es tal, se licuó con las sucesivas devaluaciones. Pareciera que nos están tomando por boludos esta manga de inservibles que se ríen en nuestra cara. Pero ya se les va a acabar.
El movimiento universitario se ha levantado realizando asambleas, tomando facultades y movilizándose en conjunto como un verdadero actor político, enfrentando el ajuste.
A partir de la experiencia que se viene realizando y de las movilizaciones de ayer jueves, en muchísimas universidades, profesorados y colegios de todo el país, se plantea continuar impulsando asambleas desde las bases, profundizando la verdadera participación masiva.
Nuevos desafíos se presentan en este momento, anclados en la necesidad de profundizar la unidad entre docentes, estudiantes y no docentes, avanzando en acciones cada vez más profundas y organizaciones duraderas, para terminar de una vez con el saqueo que lleva adelante la burguesía monopolista y su gobierno.