Por estas semanas se ha recrudecido una disputa entre monopolios ligados a la energía. Por un lado las productoras de gas (YPF, Pan American Energy y Tecpetrol); y en el otro rincón las distribuidoras (Metrogas, Naturgy, Camuzzi y Eco Gas). Las primeras venden el fluido a las segundas, a un precio por encima del precio internacional que es subsidiado por nuestros bolsillos, y las segundas les pagan en un plazo de 75 días.
Las productoras exigen que ese plazo se reduzca a 30 días y las distribuidoras protestan aduciendo que el gas lo cobran 60 días después de haberlo distribuido. De tener que acortar el plazo a 30 días dicen que deberían salir a pedir préstamos y pagar las altas tasas de interés que hoy están vigentes.
Es esta una verdadera guerra de intereses entre empresas monopolistas la que, en apariencia, no afecta al pueblo trabajador.
Pero el gobierno nacional, para garantizar que las productoras cobren en el plazo que ellas exigen y evitar costos financieros a las distribuidoras, está pergeñando un nuevo aumento de las tarifas de gas además del ya anunciado 35% que regirá a partir de abril.
Ni más ni menos que garantizar las ganancias de los monopolios a costa de los ingresos de las mayorías.
Además de pagar aumentos en las tarifas de gas a productoras que tienen un precio subsidiado por todos nosotros (que hoy están cobrando U$S 7 el millón de BTU cuando en el mercado mundial ese precio no supera los US$ 4), ahora intentan que paguemos nuevos aumentos para que las distribuidoras puedan afrontar el pago en plazos más cortos.
Los monopolios, con el Estado a su servicio, hacen y deshacen a su antojo para que el conjunto de la sociedad les garantice sus negocios. Ese es el libre mercado que pregonan, el que funciona siempre y cuando los “riesgos empresariales” sean descargados sobre las espaldas del pueblo.
Este es un nuevo y monumental robo que quieren legalizar y hay que salir a denunciarlo masivamente.
Las amplias masas deben conocer estas jugadas de los monopolios porque las mismas desnudan la mentira del gobierno de que es necesario aumentar las tarifas para pagar el costo de producción de la energía. Eso es absolutamente falso; las tarifas aumentan para que los monopolios sigan llenando sus arcas en desmedro de las condiciones de vida del conjunto de las capas populares.
Como venimos sosteniendo el aumento de las tarifas sólo será posible frenarlo con el pueblo movilizado y en las calles; lo que aquí se denuncia es un nuevo argumento para sostener y ampliar esa movilización que ya se viene haciendo sentir.