Durante las últimas semanas la burguesía ha estado experimentando con un nuevo mecanismo para apretar a la clase obrera: el famoso Proceso Preventivo de Crisis. El caso de tres importantes empresas que han pedido el “favor” al gobierno ha sido noticia recurrente en los medios. Se trata de FATE, Avianca y Coca-Cola Femsa. El Preventivo de Crisis es un procedimiento alternativo al Concurso Preventivo o Quiebra, donde las partes (empresa y sindicato) pueden conversar la forma de continuar sin que se efectúen despidos masivos o se aborde al cierre de plantas, utilizando al Ministerio de Trabajo como intermediario. Cabe aclarar que durante el periodo de solicitación del Preventivo de Crisis “no se le permite” al sindicato ejercer medidas de fuerza.
Dejando atrás las formalidades y galimatías propios de un jurista, la verdadera razón por la cual se está haciendo uso de este mecanismo es para avanzar con el achique de costos de producción. Por estos días, preventivo de crisis, es sinónimo a reforma laboral.
Avianca es quizás la empresa más “pequeña” de las tres, una Low Cost ligada directamente al grupo Macri. Aducen dos causas para presentar el preventivo de Crisis:
- Económicas: la disparada del dólar, el aumento de los combustibles y el riesgo país, lo que les impidió incorporar más aviones a la flota. Y algo que, aunque no digan explícitamente, todos sabemos: no han podido vaciar suficientemente a Aerolíneas Argentinas como para eliminarla de la competencia.
- Políticas: según sus planes, deberían desvincular 60 pilotos, cosa que no estarían pudiendo realizar sin enfrentar un serio conflicto sindical.
O sea que, por un lado, su “crisis” es producto de la especulación y de sus aspiraciones de obtener una ganancia cada vez mayor y al mismo tiempo de la imposibilidad de avanzar con los ajustes sin enfrentarse con los trabajadores.
Por su parte, FATE presento el preventivo para despedir 400 trabajadores. Por detrás de las transmisiones y componentes e motor, la exportación de ruedas y neumáticos en nuestro país ocupa el tercer puesto del segmento autopartista. Además del negocio del neumático, de su posición en el mercado regional, los capitales dueños de FATE están ligados a Aluar, tremendo monopolio de la producción de aluminio. Como si fuera poco, los ritmos de trabajo son tan intensos y tan inseguros que la planta de FATE tiene un promedio de 1 accidente laboral por día, de los cuales el 6,2% provoca incapacidad laboral permanente. Esta es la única verdad en FATE, ese monopolio amasa ganancias millonarias a costa de la salud de los trabajadores, a costa de una explotación intensiva del trabajo. De lo que se trata en FATE es lisa y llanamente de limpiar al activismo, disciplinar a la clase obrera, y mantener la producción con menos manos de obra, es decir, aumentar todavía más la productividad, lo que acarrea indefectiblemente un aumento de los sacrificios humanos, de hombres de carne y hueso, para que la burguesía mantenga estable su tasa de ganancia.
Coca-cola por su parte pretendía despedir 75 trabajadores de su planta embotelladora de Pompeya. La burla popular estallo en nuestro pueblo, y claro ¿cómo Coca-Cola, emblema del capitalismo trasnacional, va a estar en crisis? ¿Es que toman a este pueblo por estúpido? Presentan una “crisis” en nuestro país cuando recientemente la firma acaba de adquirir una planta en Uruguay por 250 millones de dólares. La “crisis” de Coca-Cola es tan burda y la denuncia de los trabajadores halló tanto eco en el pueblo trabajador, que rápidamente gobierno, sindicato y empresa llegaron a un acuerdo sin hacer lugar al famoso Preventivo de Crisis. Desde la cartera laboral se afirmó literalmente“No abrimos Procedimiento Preventivo de Crisis. Los forzamos a negociar”. Resulta que la fructífera negociación consiste en despedir 32 trabajadores a los cuales, además ¡se les pagara el 100% de la indemnización! Notable logro del sindicato ¡Les van a pagar la indemnización a los despedidos! El cinismo sindical la verdad que ya no encuentra limites…
Los Preventivos de Crisis lo que hacen es dar flexibilidad para la implementación del ajuste: en primer término las empresas reclaman beneficios económicos por parte del Estado mediante la exención de impuestos con la excusa de la crisis. En segundo lugar genera un plazo de “negociación” con el sindicato que le permite a la empresa impulsar los retiros voluntarios y generar incertidumbre en los trabajadores, a la vez que contienen mediante la legalidad la ejecución de medidas de fuerza. Es una forma camuflada de impulsar la reforma laboral, donde Coca-Cola y FATE son tan solo un puntal que utiliza la burguesía para hacer pie antes de generalizar este mecanismo en otras empresas, como una forma más de extorsión al proletariado.