El día de hoy se llevó a cabo una brutal represión sobre un sector de la feria de San Telmo. El conflicto se produce porque el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires pretende desalojar los puestos de la calle Defensa al 800. En enero, un pequeño sector de los feriantes que ocupaban hacia poco tiempo esa parte de la calle Defensa, nucleados en la cooperativa “El Adoquín”, organizados como parte del Movimiento Evita en la CTEP, realizaron un acuerdo por arriba con el gobierno en el que se comprometían a liberar la calle a cambio de que les legalicen la feria en la calle Chile, entre Defensa y Balcarce. Hasta aquí, todo bien. El problema es que el sector ligado a la CTEP que acuerda liberar una parte de la feria para ser trasladados y legalizados constituye una aberrante minoría del total de feriantes que serían desalojados. Lisa y llanamente, lo que hizo la cooperativa fue entregar a la gran mayoría de los artesanos para que sean desalojados por las fuerzas represivas. Feriantes con más de 10 años de antigüedad fueron desalojados por este espurio acuerdo entre una minoría que hace poco tiempo ocupaba la feria y el gobierno de la Ciudad.
La bronca de los feriantes estalla tanto contra el gobierno de la ciudad como contra la complicidad de este sector de la CTEP, quienes observaban la represión custodiados por un cordón policial.
En las imágenes que adjuntamos pueden observarse las banderas de la CTEP de la mano de los carteles oficiales de la Ciudad de Buenos Aires, compraron la legalidad a costa del sacrificio de sus compañeros de feria. Como aditamento, el contenido de la feria “legalizada” es de reventa de productos y chucherías industriales, lo que vulgarmente llamamos “productos chinos”. Todo eso a costa de la producción de artesanos que llevan años asentados y que constituyen una de las principales atracciones turísticas del punto más antiguo de la capital de nuestro país, incentivando, a su vez, el movimiento de los mercados de la zona (desde restaurantes y bodegones hasta locales de venta para el turismo).
Lo que sucedió hoy en San Telmo es una muestra más sobre cómo funcionan estas estructuras de contención para dividir y enfrentar a los pueblos, realizando acuerdos por arriba que demuestran su verdadero objetivo: contener la movilización social y acomodarse políticamente para realizar negocios con el gobierno de turno. Estas actitudes van en total sintonía con las recientes declaraciones de Grabois con respecto a realizar un amplio frente electoral que incluya, inclusive, a Vidal y Larreta con tal de derrotar a Macri (ver el-sincericidio-de-juan-grabois). Son una verdadera quinta columna dentro del movimiento de masas, con su vestimenta progresista y llenándose la boca sobre los derechos humanos, en la práctica, son los primeros en entregar compañeros para alimentar sus negocios. Lo mismo que pasa en el campo sindical se reproduce en la esfera de estos movimientos.