Las últimas semanas han mostrado un incremento constante de la movilización y organización de los trabajadores docentes autoconvocados de la provincia del Chaco.
Las asambleas, marchas, cortes y todo tipo de acciones directas, junto a la comunidad educativa, se suceden a lo largo y ancho de la provincia.
Villa Ángela, Las Breñas, Corzuela, Charata, General Pinedo, San Bernardo, Quitilipi, La Escondida, La Verde, Lapachito, Colonia Elisa, Resistencia son algunos de los lugares en los que la movilización docente se ha iniciado y no para de crecer. El grado de decisión, entusiasmo y combatividad (como así también la enorme adhesión del resto del conjunto de la población) determina que la lucha vaya de menor a mayor dando pasos importantes a cada paso en la organización desde la base, cuestión ésta que es tan determinante como la movilización.
Porque en este conflicto, como se dio en Salta y se está dando en otras experiencias, corren paralelas dos luchas: la de la demanda por aumento de salarios y mejores condiciones de trabajo y la lucha por la conducción del conflicto, para no dejarlo en manos de burocracias sindicales enquistadas por décadas en los gremios y que hacen de la negociación a espaldas de las bases su práctica; conducta que ya viene siendo repudiada por la gran mayoría de la masa docente, por lo que ahora viene a ser una necesidad imperiosa la organización desde abajo, con asambleas por escuela, elección de delegados revocables, abriendo la participación a la comunidad educativa y al resto de la población, para que el conflicto no entre en los andariveles por donde siempre se lo quiere llevar, tanto desde el poder como desde las cúpulas sindicales, que es, repetimos, la negociación entre gallos y medianoches en las que las verdaderas necesidades y demandas de las bases son traicionadas.
Las reflexiones que se están haciendo son muy profundas. Cómo va a representarnos una dirigencia que hace décadas no pisa un aula; Qué consecuencia pueden tener dirigentes que llaman a paros “domingueros” y luego ni siquiera sufren el descuento de esos días de paro, como sí les sucede a las mayorías del sector.
Esta toma de conciencia y la consiguiente disposición a organizar la lucha desde abajo para conducir efectivamente el conflicto es lo que debe ser alentada. Poner toda la energía en seguir materializando los delegados de base que responden sólo al interés de la mayoría que lo designa y hacernos fuertes desde allí, concientes que se está creando el poder efectivo de los trabajadores, son el impulso que hay que redoblar para que la lucha logre sus objetivos.
Porque si algo ha quedado demostrado en la experiencia de Salta es que la calle y la organización independiente son las armas más efectivas que tenemos los trabajadores para pararle la mano y doblegar los planes de ajuste de los monopolios y sus gobiernos.
Y por allí se encaminan los docentes del Chaco para seguir escribiendo la historia.