La “ola verde” del martes pasado significó algo más que una lucha por derechos políticos.
Dejó muy en claro que a octubre no se espera.
La movilización masiva por este derecho político no ha empezado ahora, es continuidad de años, sin embargo, ahora “comienza” en un nuevo contexto y es un ejemplo a seguir en todos los planos de la lucha de clases.
Lo irónico del tema es cómo una movilización de profundo contenido de conquista se dirigió a un parlamento reaccionario que se “preparaba” solo para octubre, hacer “la plancha” y tuvo que mover su estantería cuando la calle se coronó de movilización.
Un recinto que cobija a senadores y diputados que intentaron manipular y frenar a más de 500 “colectivos” organizados y de base para eludir definiciones urticantes sobre el aborto y con ello “comprometerse” con el voto ciudadano.
Gobierno y oposición electoral hicieron lo imposible por frenar la acción de la presentación formal del documento en un pasaje administrativo y formal, pero con movilización activa en la calle.
Para la burguesía la consigna común es que hay que garantizar gobernabilidad cueste lo que cueste y caiga quien caiga. Hay que sostener un sistema de mentira y engaño, pero este derecho político, esta nueva embestida de carácter netamente popular y masivo anuncia en sus entrañas que no hay vuelta atrás, que quienes quieren especular y abusar de oportunismo por un “puñado de votos” han perdido la primera batalla.
Le guste o no al gobierno, le guste o no a la dupla F.F y al resto de ese arco anacrónico parlamentario ¡a octubre no se espera!
Un derecho político, una lucha política que camina por andariveles muy distantes de la democracia formal y representativa que nos proponen para “solucionar” los males que nos aquejan a la gran mayoría de la población.
El 28 de febrero planteamos:
Educación sexual para decidir.
Anticonceptivo para no abortar.
Aborto legal para no morir.
Que se aplique la ley de educación sexual integral.
¡Niñas, no madres!
Y hoy mayo del 2019 entendemos que ésta lucha y esta movilización ha clavado una cuña a la idea central del poder de que a Octubre hay que llegar sin hacer olas.
Muchos intentaron hacerse los distraídos, frenaron la participación de sus organizaciones, boicotearon y, a pesar de todo ello, el martes el congreso se vistió de lucha y de movilización expresándose lo nuevo que nuestra sociedad está pariendo, quinientos colectivos preparando el futuro inmediato que no negocia con elecciones. Un reclamo político que expresa un sentir masivo de nuestra sociedad. Este nuevo primer acto de consignas sentidas no se detendrá y se hará sentir con rigor en meses venideros, son conquistas políticas, democráticas que condicionarán a todo el arco electoral y una seria advertencia a quien resulte favorecido en el próximo acto electoral.
Una vez más el arriba se aleja un peldaño más del abajo que continúa preparando fuerzas para golpear y conquistar en un marco de crisis que agobia en lo más preciado de la sociedad humana que es su dignidad.