En primer término, y lo consideramos fundamental, es concebir esta lucha como eminentemente política aunque su reclamo aparece como económico.
¿Por qué política? Porque desde su gestación se introduce en una nueva calidad de todo el proceso de lucha nacional, un quiebre con todo lo institucional. Aparecieron la autoconvocatoria y la asamblea como herramientas independientes de cualquier tutela política-gremial del sistema.
Este conflicto trascendió la provincia de Salta, gracias al buen uso de las redes sociales la autoconvocatoria y todo lo que ello conlleva, se conoció, y de la mejor forma. La lucha se masificó y se dieron a conocer las experiencias. Es política porque cada vez más el concepto autoconvocatoria, y todo lo que ello significa, es parte de un grado de conciencia de nuestro pueblo y de una experiencia colectiva que empuja a parir lo nuevo que esta sociedad necesita para abrir las compuertas de la dignidad.
El conflicto es político porque a pesar del ninguneo de los medios de “desinformación” nacionales conmovió a toda la superestructura política-gremial y, en ello, se lleva puesta a la ministra de educación salteña y castiga al gobernador Urtubey a pocos días de las “PASO”.
Sin embargo, hay un aspecto inmediato en lo político que hay que analizar rápidamente.
La burguesía no duerme …
y con ello todo el andar institucional. La clase dominante intentará salir del conflicto de una y mil maneras y si con ello debe dar un paso atrás o adelante lo hará, pues tiene la suficiente experiencia de clase dominante para enfrentar, en el plano económico, al movimiento de reclamo. Pero de algo tenemos que estar convencidos, en el plano político están trabajando para quebrar la autoconvocatoria y ahora han salido a la palestra los gremios “combativos” para montarse en una de las luchas políticas de masas más sobresalientes de los últimos años.
Es en ese plano en donde hay que presentar batalla y doblegar los esfuerzos políticos y de lucha de ideas explicando el origen del conflicto: las escuelas, la comunidad educativa se deben fortificar en el llano, entablar la pelea en el abajo, en lo más profundo, en donde existe el dolor. Ése es el terreno en donde podremos dar la verdadera batalla contra el sistema que ha sentido el golpe. Aferralos a nuestro terreno que contempla la masividad.
Es en esas trincheras en donde hay que fortalecerse y concebir en el plano político que esta situación recién empieza. Que, por el contrario a todo lo que plantea el sistema de sus engaños y mentiras, el fortalecimiento de la democracia directa en cada escuela, en cada manzana que la rodee, con padres de alumnos, vecinos y trabajadores de otros sectores, nos exige aferrarnos a nuestro terreno que es el masivo aquel que puede quebrar el brazo del poder.
La burguesía, si tiene que retroceder, hará aparecer su salida como triunfo propio o una dádiva del poder. Los gremios se pondrán en “primera fila” de la combatividad, pero castigarán en el plano político e ideológico la autoconvocatoria. Ésta es la pelea de fondo y ésa es la tarea en el momento actual del conflicto. Es posible que el mismo ceda en lo que es la lucha económica, que haya un empate técnico en ese sentido, pero una vez más debemos volver a las fuentes, a las raíces del conflicto al cual, necesariamente, hay que elevarlo al carácter político.
En ese terreno hay aferrarse, sostenerse con más autoconvocatoria, con más asamblea, y evitar el aislamiento con la sociedad de explotados y oprimidos. Explicar la lucha como está hoy y transmitir la experiencia, multiplicarla como se pueda y, para ello, la autoconvocatoria ya lograda en organización elevar su responsabilidad política en esa misma sociedad.
Hay un camino a recorrer. Como todo inicio, es complejo, difícil y es torpedeado por toda la institucionalidad, pero la experiencia ya parió, dio a luz y hay que sostener en el tiempo lo ya establecido en conducta política, asimilar que ése es el camino que generará las expectativas de cambios políticos profundos de nuestra sociedad.
Repetimos, en el plano político esto recién empieza y ya la burguesía recibió el mensaje.