La enérgica lucha de nuestro hermano pueblo chileno se enfrenta a horas difíciles.
En un intento desesperado y en un acto de verdadera cobardía y debilidad ante la ingobernabilidad generada por la lucha del pueblo, el gobierno de Piñera tomó la aberrante decisión de sacar el ejército a la calle, declarar el Estado de sitio y hacer declaraciones que lo pintan de cuerpo entero como clase: “están en guerra”.
La conducta asumida por las clases dominantes ante la rebelión del pueblo chileno demuestra una vez más su ambición de avanzar en la acumulación de la riqueza a costa del pueblo laborioso a cualquier precio. Esto demuestra una vez más que muy lejos están los monopolios de traer soluciones a los pueblos. Por el contrario, cuando se les cae el velo de la mentira de sus democracias burguesas apelan a la violencia de Estado: la real esencia del capitalismo.
La represión desatada en Chile es algo que los pueblos del mundo en general y los pueblos de América Latina en particular no podemos tolerar. Las denuncias ya hablan de 22 muertos, más de 1.500 detenidos y 90 heridos de bala.
La situación es inadmisible, para lo cual se hace imprescindible sumar la voz de repudio más enérgica y dejar bien en claro que la represión desatada se constituye en un acto de irresponsabilidad política que atenta contra las libertades políticas conquistadas por los pueblos de América Latina luego de las noches oscuras de las dictaduras fascistas. El de Piñera es un acto de profundo odio al pueblo que pone sobre la agenda la posibilidad real que se entre en una nueva situación beligerante.
Los pueblos no estamos dispuestos a seguir sometidos a estas políticas de súper explotación hambre y miseria. Así lo demostraron los pueblos de Haití, Ecuador, así lo expresa el pueblo chileno hoy. Pero ante el fracaso de su democracia burguesa, hacen este intento de avanzar en sus políticas de saqueo con el poder de las armas.
Alertamos que están entrando en un terreno peligroso para la región, pues volver a poner al ejército en las calles es la antesala de poner a los ejércitos en las políticas de Estado y en esa, nuestros pueblos ya transcurrieron un largo camino de lucha, abriendo y ampliando la brecha de las conquistas y libertades políticas.
Esto hace que el ataque al pueblo chileno -de la forma que lo están haciendo en estos precisos momentos- atenta directamente contra tales conquistas políticas de todos los pueblos de América Latina.
Interpretar eso con el quiebre de una situación no beligerante se constituye en un riesgo cierto que también lo tuvieron que medir en Ecuador. Pero al parecer en Chile, están enceguecidos en el temor de que esta rebelión haga surgir verdaderas alternativas revolucionarias que le cuestione el poder a la burguesía y sacan a relucir las armas con la indiferencia de la oposición parlamentaria, en un contexto donde los pueblos no están dispuestos a retroceder.
Nuestro Partido se suma a todo el clamor mundial de cese de la represión en Chile, repudiamos al gobierno de los monopolios de Piñera y alentamos la tenaz y valiente lucha de la clase obrera y el pueblo laborioso de Chile, conscientes que la mejor solidaridad es redoblar los esfuerzos revolucionarios y militantes en la lucha en nuestro país para pasar de una lucha de resistencia a un nuevo auge de masas. Como hoy lo está haciendo la clase obrera y el pueblo chileno.