Las medidas del actual gobierno en contra de los jubilados, no son ninguna improvisación visto desde la implementación del plan de gobierno que comienzan a insinuar en estos 50 días de gestión, como les gusta decir a los políticos burgueses. Días antes de asumir Alberto Fernández salió a declarar que la situación del pueblo era insostenible y que la de los jubilados era peor. Y que por lo tanto “otorgaría un 20 % de aumento a todos los jubilados”, lo que no solo se constituyó en una mentira, sino que lo que implementaría después desnudaría hacia donde apuntó el plan de los monopolios en la figura del actual gobierno.
Así se decretó el famoso bono por dos meses de 5.000 pesos solamente para las jubilaciones mínimas de $14.068 en bruto o menos; también alcanzó hasta los que cobran $19.068, pero de la siguiente manera: el que cobró la mínima recibió los 5.000, para los que cobran 1.000 pesos por encima de la mínima ($15.068) el bono fue de 4.000 en bruto, quienes cobran $16.068 el aumento pasa a ser de $3.000. Y así hasta garantizar el monto de $19.068.
Así las cosas, el bono alcanzó a 4,2 millones de jubilados y dejó afuera a 2,3 millones, de los cuales 1,1 millón percibe apenas arriba de los $19.068. Donde -dicho sea de paso- como si por arte de magia estos millones de jubilados no sufrieron la inflación y por lo tanto la disminución de su salario. O peor aún, como si estas jubilaciones alcanzaran a cubrir la canasta básica y ni hablar de los medicamentos, etc.
Mentiras y versos varios, pero todos apuntan a seguir hambreando el pueblo con un condimento nada novedoso: dividir al pueblo, con el argumento de auxiliar a los más necesitados pretendiendo hacer aparecer que una jubilación de 20.000 pesos es un ingreso de privilegio.
Pero esto trae el puñal bajo el poncho, pues utilizando el mecanismo del congelamiento de las jubilaciones y pensiones arriba de la mínima, por 180 días, el objetivo es emparejar para abajo. Es decir: que los más pobres lo sigan siendo y los demás que también son pobres en su mayoría, sean más pobres.
El ministrito Cafiero es bien claro y contundente, así lo afirma en “El Destape”: “La idea que tenemos nosotros es achicar la pirámide, tratando de ir generando equidad y levantando la vara, que la base de la pirámide sea la que tenga el aumento”. Y tras cartón afirmó: “no puede haber jubilados con 300.000 y otros con 14.000”. Y claro, aumentos de hambre abajo y nada “arriba”. De la inflación alcanzada en 2019, ni hablemos. Conclusión: que se caguen de hambre la mayor cantidad posible, el gran sueño americano y europeo, que todos los jubilados cobren lo mismo.
Una gran diferencia entre el gobierno de Macri y el actual es que ambos leyeron a Maquiavelo. Pero mientras Macri lo citaba textual Fernández lo interpreta para llevarlo a la práctica. Porque entre el pacto social y esta medida existe un tiro por elevación que en realidad apunta al mismo mecanismo en el tratamiento salarial de los trabajadores activos, lo cual constituye la esencia de estas maniobras. Como diría Lenin “La conciliación entre burguesía y proletariado siempre es la baja de salarios”. Para eso es el famoso pacto social, de lo que se trata es de tener “pericia” para implementarlo “y comprender que hay que darle tiempo al gobierno”.
Pero -“por si las moscas”- el gobierno en una medida anticonstitucional violando sus propias leyes (que fueron votadas a fuerza de represión en diciembre del 2017 con los votos peronistas) hoy la niegan, dando una vuelta de tuerca contra el pueblo trabajador. Eso sí: para los monopolios que exporten en dólares el gravamen del 30% del dólar no corre y encima con el derecho a depositarlo en el exterior, un verdadero insulto que demuestra a las claras, que el actual gobierno es un enemigo de la clase obrera y el pueblo.
Pasa con el petróleo, con la minería, con los negociados de Cargill, Monsanto, etc., con el cumplimiento de los intereses de las Leliqs (fiesta de estafadores si las hay). Pero no, había que meterse en las casas y esperar hasta las elecciones.
Un mes y poco de gobierno alcanza y sobra para saber qué intereses expresa y representa.
En 2001, en un mes cayeron 5 presidentes… “Qué pueblo injusto, no les supo dar tiempo a los pobres tipos”… Por supuesto que no pudimos tirarlo a Macri – parásito y timbero por excelencia- con sus políticas deliberadas en contra del pueblo. Tal imposibilidad, por debilidad o correlación de fuerzas del campo popular y revolucionario, más la connivencia de los sindicatos y el peronismo que jugaron un papel determinante en proteger la gobernabilidad, fueron los factores determinantes. Pero ojo: eso no nos va a paralizar en la tenacidad de denunciar y organizar que termine la fiesta de la burguesía monopólica y sus gobiernos de turno.