El Presidente de la Nación terminó ayer de dar su discurso y lógicamente sembró más dudas que certezas sobre la situación que nos toca vivir al mundo en general y a nuestro país en particular. Donde el fenómeno de la pandemia se constituye en el “escudo” momentáneo de los monopolios para poder intentar saldar un escape de la profunda crisis en que se encuentra el capitalismo.
La súper producción de mercancías y un excedente financiero que se infló hasta reventar, producto de la especulación, usando como sustento una fabulosa masa de plusvalía generada por esa superproducción, mercancías que la humanidad no pudo y/o no necesitaba acceder, entre muchos otros factores, terminó de colapsar la economía mundial.
Esto está llevando al desbarranco del capitalismo en su fase imperialista, al punto que, como otros períodos de la historia del planeta, llámese primera guerra mundial, llámese segunda guerra mundial, se vieron y se están viendo “obligados” a implementar una quemazón de fuerzas productivas (como ya afirmamos en otras notas, pérdidas masivas de empleo, cierre definitivo de establecimientos, destrucción de maquinarias por una avanzada de nuevas tecnologías, muerte masiva de poblaciones sobrantes, guerras nacionales o regionales, pandemias, hambre, etc.). En este marco les surgió el corona virus que les calzó como anillo al dedo, donde necesidad y casualidad, se terminan ensamblando para construir “la tormenta perfecta” con la cual puedan encontrar un respiro a las crisis y -al mismo tiempo- llevar adelante una agudización aún mayor del proceso de concentración capitalista, donde los grandes tiburones intentan comerse entre sí.
Ahora bien, a los Estados les toca (como el nuestro) tomar resoluciones que responden al contexto y marco de lo antes señalado. Es decir, se toman decisiones de Estado que favorecen a determinados capitales. Precisamente esos capitales son los que se están imponiendo sobre otros, lo que deja vencedores y vencidos ante cada situación concreta y donde los vencedores terminan quedándose con el Estado y sus tomas de decisiones. Tales disputas, que son constantes, pueden alternar jefes y subordinados cambiantes en horas, semanas o meses, donde todo va depender de cómo se va dando la contienda inter monopólica a nivel planetario.
A esto hay que sumarle la incidencia de la lucha de clases sobre estas determinaciones, que terminan generando geométricamente muchas más contradicciones en las respuestas que los gobiernos y los Estados deben dar frente a las situaciones de las masas. Porque – por un lado- el sistema capitalista ya trae consigo un lastre de crisis política (que algunos denominan de credibilidad) porque en el fondo lejos de solucionar los problemas que aquejan a la humanidad, esta, ya tomó conciencia que es el mismo sistema el causante de esta vida calamitosa. La situación que se presenta en el presente y futuro inmediato, no augura un lecho de rosas para los monopolios en el terreno ideológico y político, aunque si presume más sufrimientos para los pueblos bajo esta dominación de unos pocos sobre millones.
Este es el verdadero trasfondo, señor Presidente, y usted miente descaradamente. En primer lugar, se le olvidó decir en su discurso -por ejemplo- que miles de camiones transitan las fronteras hacia adentro de nuestro país llevando y trayendo vaya uno a saber qué, pero que sepamos que no tiene que ver con la cuarentena. Por ejemplo, cientos de camiones entran de Chile por Mendoza, recorren toda la Ruta 40 y vuelven a ingresar a Punta Arena que está en Chile, con una custodia especial de gendarmería. Miente descaradamente cuando afirma que sólo trabajan aquellos que cumplen servicios esenciales, cuando usted sabe muy bien que en Siderar de San Nicolás hoy existe una disputa de los trabajadores que están obligados a trabajar porque los barcos están esperando en puerto para la exportación. Miente descaradamente cuando los vitivinícolas en la vendimia en este momento a los obreros los cargan como ganado y viajan en camiones hacinados a recolectar la uva. Vaya casualidad porque las fraccionadoras (es decir, la totalidad de las bodegas) siguen fraccionando y exportando. Y si no, ¿qué hacen ahí camiones de Chile, Perú, Bolivia, Brasil? Que se sepa: el vino no es un artículo de la alimentación básica, que no tiene cuarentena como las siderúrgicas, los silos y puertos de Dreyfus, Cargill, Bunge, etc., donde los obreros están trabajando normalmente como si nada pasara.
Perdón Presidente, no nos diga que hay cuarentena en Vaca Muerta. No mienta, mire que los neuquinos no opinan lo mismo. El petróleo se saca, el fracking continúa, porque mire le informamos, con el pretexto del corona virus y la caída del precio del barril de petróleo, se pusieron de acuerdo monopolios, gobierno y sindicatos y les redujeron el salario a un 70% a los trabajadores, mientras que el precio de la nafta que consumimos no descendió sino que se mantuvo y hasta aumentó a principios del mes pasado. Esa también se le “escapó”, seguro, en el discurso.
Y podemos seguir, la lista es larga y jugosa, lo que demuestra a todas luces que entre la salud y “la economía” usted se queda con la economía del sector monopólico preponderante hoy en Argentina. Y se da el lujo de afirmar que “los empresarios ganaron mucho, lo que pido es que ganen menos, pero no van a perder”… Toda una definición, en última instancia, no se trata de la economía, sino de una parte de la economía: LA GANANCIA.
Muchos que lean esta nota se preguntarán ¿cuál es la posición del PRT? ¿Qué no se tomen medidas con respecto a la pandemia? De ninguna manera. Lo que pretendemos es que le digan la verdad al pueblo, que le digan qué hay detrás de todo esto que solo ellos lo saben porque tienen el poder. Para la opinión publica bombardeada por los medios masivos de comunicación es prácticamente el apocalipsis, hablan de la cuarentena como una cosa de vida o muerte, pero se sigue produciendo y el presidente se mofa descaradamente en felicitar al pueblo disciplinado porque respetó la cuarentena. Pero ¿él no es capaz de respetarla haciendo la vista gorda a determinados intereses?
Por eso decimos que sobre una verdad a medias nos están aplicando una gran mentira. Por eso decimos que el pueblo en una situación tan grave tiene el derecho a saber la verdad y estos políticos gobernantes y opositores, alcahuetes de algún poder de algún rincón oscuro del planeta (a decir de Fidel) se suman a una cruzada donde ni de cerca les interesa el bienestar y la salud del pueblo.
O nadie gobernó los últimos 40 años para tener la salud pública como la tenemos, o la educación, y todo lo que tenga que ver con una vida digna de nuestro pueblo. Y ojo: aquí ya gobernaron todos los colores burgueses habidos y por haber.