No se puede tapar el sol con la mano y la burguesía lo sabe bien. Resulta ahora que el «punto de PBI» le da una piña «legal» a la vida. Legal porque de hecho hubo seres humanos, trabajadoras y trabajadores, que nunca dejaron de trabajar, nunca se aislaron. Y no hablamos de los que están afectados a lo esencial (alimentos, medicina, etc.) sino que nos hacen trabajar en función de generar ganancias. Pocos «privilegiados» dentro de este sistema, podemos pasar la cuarentena sin tener necesidades básicas insatisfechas.
El coronavirus vino a evidenciar la incapacidad del capitalismo de poder resolver ninguna necesidad del ser humano, y el mismo sistema capitalista va a intentar cargar sobre las espaldas de la clase obrera y del pueblo todo lo que esta crisis traía y trae.
Pasó en ciudades industriales de otras partes del mundo como por ejemplo en Bérgamo (ciudad industrial por excelencia) en donde a raíz de la ambición de los grandes monopolios mandaron al muere a miles de obreros y sus familias, todos conocemos ese golpe en Italia. Eso mismo están intentando hacer aquí con la apertura de actividades que nada tienen de esencial y sólo son para la ganancia a costa de la vida del pueblo.
En la industria del neumático estamos viviendo horas donde lo descrito anteriormente se palpa a flor de piel. Las empresas importantes demuestran que no les importa la vida, nunca les importó, y quieren hacernos trabajar para sostener sus ganancias y sus negocios.
Mienten, siempre mintieron porque esa es su forma de dominar. Por eso es importantísimo el estado deliberativo entre compañeros, el estado de alerta y movilización que los haga dudar a la hora de querer tomar una decisión entre cuatro paredes (hoy día con las teleconferencias sería entre cuatro computadoras).
Tomar el problema en nuestras manos consiste en no dejar que nadie tome decisiones por nosotros, que como trabajadores seamos protagonistas de nuestro futuro porque en manos de ellos -demostrado está- que vamos a la muerte. Y esto va más allá de la rama industrial, más allá del sector, es de suma urgencia ponerle un freno a este intento de matanza y responder como clase, en unidad permanente con otros trabajadores y sectores populares.
La clase obrera no va a poner los muertos para que la burguesía haga sus negocios. Desde que comenzó el aislamiento que se está batallando contra los despidos, contra la baja salarial y para vivir dignamente, cosa que a los monopolios y su gobierno no les importa.
– NO A LA BAJA SALARIAL
– NO A LOS DESPIDOS
– QUE LA BURGUESÍA PAGUÉ LA CRISIS
– LA PLATA ESTÁ