El proletariado, la clase que todo lo produce y de la que depende toda la sociedad. El proletariado, la clase que puede, por esa razón, liderar los procesos de lucha política contra el sometimiento de todo un pueblo a un puñado de capitalistas monopolistas que sostienen este sistema en descomposición del cual hay que deshacerse para beneficio de las amplias mayorías. El proletariado, la única clase que, una vez conquistado el poder, debe ponerse al frente de la construcción de la nueva sociedad socialista, porque es la que resume lo mejor del sinuoso desarrollo humano acumulado en decenas de miles de años, transita en nuestro país -ahora desde un escalón superior- el camino que la historia surgida de las propias leyes de la naturaleza, y de la sociedad le ha determinado como necesidad.
Es cierto que las casualidades, a través de las cuales la necesidad de la clase obrera se abre camino, pueden retrasar su rumbo, desviarlo por un tiempo, etc., pero una y mil veces, mientras la clase exista como tal, la necesidad la hará retomar el rumbo perdido o suspendido momentáneamente; de esas experiencias, tiene cientos de huellas en su propio cuero, labradas por cientos y miles de luchas, de avances y retrocesos que la han hecho llegar hasta el punto en donde se encuentra hoy.
Y ese punto fue producto de la acumulación en donde destaca la lucha de los obreros de la Algodonera Avellaneda, una lucha que comprende el paro, si no el más largo de la historia del país, uno de los del pelotón de avanzada.
En medio de una situación de resistencia activa, la clase obrera ha producido un enorme avance en su lucha contra la clase que la somete y se vale del Estado y el gobierno de turno para hacerlo.
Los obreros de la Algodonera:
1) Fijaron a fuego el camino independiente que deben transitar todos los proletarios del país dispuestos a conquistar hoy una vida digna, principio y base de la lucha esencial de una más larga lucha por el poder.
2) Tomando la experiencia que viene haciendo lo más avanzado de la clase, se llevó adelante el ejercicio de la asamblea como órgano soberano y ejecutivo de las decisiones y acciones a realizar durante el transcurso de toda su lucha, practicando la democracia directa sobre la base de la movilización permanente.
3) Involucraron y movilizaron con su lucha a amplios sectores de la clase obrera y el pueblo de la zona detrás de sus demandas, porque esa masa popular se vio reflejada en las aspiraciones de esos proletarios que con determinación salieron de su fábrica a recorrer las fábricas vecinas, el parque industrial y, con ayuda de sus familias, abarcaron los barrios de la zona, tejiendo lazos de unidad de clase y con el pueblo, los cuales, seguramente, se proyectarán en el tiempo.
4) Con ayuda de destacamentos revolucionarios atento a los movimientos de la lucha de clases, se nacionalizó el conflicto recibiéndose y transmitiéndose en forma recíproca, solidaridades de clase nacidas desde las bases de otros proletarios en lucha o simplemente sensibles a las injusticias de la opresión, a pesar del cerco informativo de toda la institucionalidad burguesa y su gobierno.
5) Desactivaron varias celadas de la propia burguesía y de los quinta columnas que constituyen el sindicalismo del sistema y los llamados sectores progresistas y de algunas autodenominadas “izquierdas”, verdaderos intelectuales de la no revolución, a quienes arrancó la careta dejando en evidencia su esencia traidora y componedora de la estabilidad del sistema, mediante lo cual la clase mostró la integridad con la cual se enfrentará a otros cientos de maniobras y pinzas que la burguesía con sus amigos de siempre y su sindicalismo empresario, pondrá en funcionamiento mientras tenga el poder.
6) Desbarató la falsa contradicción impuesta por las peleas interburguesas sobre la “estatización” (rescate) del monopolio Vicentín o continuidad en las manos de sus dueños actuales (otro rescate), con la que querían confundir al pueblo, dejando en evidencia que el gobierno de turno, lejos de ser árbitro de los problemas sociales y políticos, actúa siempre a favor de los monopolios o grupos de ellos que, en determinado momento, imponen su voluntad.
7) Así, puso en jaque a la burguesía que vaciló, profundizó su crisis política, quedó por momentos inerme ante la impotencia de todo su aparato estatal, cuestionado por ella misma por su inacción frente a tamaño desplante de 450 obreros cobijados por el calor popular, con lo cual la clase obrera probó fuerzas en una pequeña dosis de su gran potencialidad nacional.
8) Con todo ello y, a sabiendas que el conflicto expresado en la lucha de los obreros de la algodonera es la expresión más significativa de la avanzada nacional de la clase obrera que constituye sólo una parte de una lucha más grande de clases que hay que seguir organizando por la conquista del poder hacia la liberación final del sometimiento al trabajo asalariado para que otros se enriquezcan, se ha sentado una nueva base para la continuidad de cientos de batallas futuras, porque esto tiene otro “nuevo comienzo” en una nueva vuelta de la espiral histórica.
Las tareas de nuestro partido y de todos los destacamentos revolucionarios del país, están grabadas a fuego en los trazos indelebles que ha dibujado esta experiencia en el marco de un nuevo nivel en la resistencia activa contra el poder burgués monopolista.
Se ha abierto un período en que debemos redoblar los esfuerzos por tejer la unidad como hija de la lucha de las bases, a través del entrelazamiento de obreros protagonistas de los diferentes conflictos, el impulso de las organizaciones políticas de masas (fundamentalmente del proletariado), con sus asambleas y democracia directa, el robustecimiento del Partido Revolucionario y el estrechamiento de las relaciones entre revolucionarios y sectores populares, pasos centrales para la ruptura del aislamiento al que está sometida la clase obrera, el cual ya ha comenzado a deshilacharse como resultado de esta lucha.