Más allá de la orden de desalojo que existe en la justicia burguesa firmada el 9 de septiembre para que se lleve a cabo el mismo entre el 21 y el 23 del corriente mes, los rumores crecen desde versiones periodísticas como si fuesen documentos de verdad absoluta. Esto reafirma no sólo el poder que tienen los medios masivos a la hora de crear corrientes de opinión sino también armando la «sentencia» de lo que hay o no que hacer. Tomando partido ejercen la presión para que las cosas se inclinen a favor de los intereses de clase que representan. Obviamente: las clases dominantes.
Todo esto viene a propósito de la versión del inminente desalojo de las tierras en Guernica, donde gente humilde de nuestro pueblo que no tiene un lugar donde vivir encontraron un pedazo de tierras ociosas, siendo la recuperación de esas tierras, la justa y humana decisión de vivir en nuestro territorio.
Todo lo demás son falacias de una sociedad capitalista que supo aplaudir –por ejemplo- las tomas de tierras en las Campañas del Desierto con asesinos a sueldo que iban matando indios y ganando títulos de la tierra y de nobleza. Así nació la vieja y “famosa” oligarquía terrateniente que llevaba vacas lecheras en barco cuando viajaba a Europa, para tener leche fresca durante el viaje. La misma que tiempo después con la Unión Cívica Radical (UCR) e Hipólito Yrigoyen como presidente, recurrió a los servicios del ejército para ahogar en sangre y fusilar a 1.500 peones de campo en la huelga conocida como La Patagonia Rebelde.
Pero no es necesario abundar en la historia cuando sobrados ejemplos tenemos en el presente. Y no precisamente de la ya muerta oligarquía terrateniente, sino de la otra, la oligarquía financiera, reina y señora del poder en estos tiempos. Y ahí están las mineras a cielo abierto, o la explotación del fracking destruyendo todo lo que encuentran a su paso para explotar recursos naturales en función de la ganancia que “el país” no ve ni de cerca ni se genera ningún beneficio para el pueblo.
Por eso blanden la represión en Guernica. Porque la toma de tierras es reconocida como válida en tanto y en cuanto sea un multimillonario negocio para explotar los recursos del suelo o como negocio inmobiliario (como lo es ese pedacito de tierra de Guernica). De hecho es una zona plagada de barrios privados de dudosos orígenes en relación a la propiedad, muchos de los cuales fueron instalados en terrenos fiscales. Claro está, un negocio para un puñadito de burgueses. Eso sí: los seres humanos desahuciados sin el más mínimo techo que los proteja son elevados al plano de delincuentes, vagos y vaya uno a saber los irreproducibles insultos que se vierten contra nuestra gente.
Ante esta situación el PRT repudia el desalojo y esta maniobra asquerosa que colocamos en el plano de la más flagrante violación de los derechos humanos. Donde un gobierno que se babea como “el campeón de los DDHH” tiene en sus manos el poder y la decisión de desalojar o no. Y que no vengan con las idioteces formales de “los tres poderes” y cosas por el estilo a las que nos tienen acostumbrados los burgueses que interpretan las leyes de acuerdo a sus necesidades.
Porque de ser así, el derecho asiste a los hermanos de Guernica pues los avala la misma Constitución burguesa en el Artículo 14 bis, que habla de los derechos inalienables de nuestro pueblo.
Advertimos al gobierno que el desalojo en Guernica no les va a salir gratis políticamente. Nuestro pueblo esta agobiado y asqueado de problemas causados producto de estas políticas antipopulares y mentirosas de este gobierno, del gobierno anterior, y del anterior y del anterior, y así, desde hace décadas. Estamos en un contexto de incertidumbre y hartazgo, donde los riquillos se pasean con sus banderazos, pero el pueblo trabajador no se pronunció aun categóricamente, podrido de este ajuste tremendo al que hemos sido sometidos una vez más en nombre de gobiernos autodenominados nacionales y populares.
El desalojo en Guernica no puede transformarse en «un nuevo Kosteki y Santillán». Porque si así fuera será un antes y un después de esta situación.