Los parques, las plazas y las reuniones familiares y sociales son, según el gobierno, los centros de contagio que esparcen el virus Covid por toda la sociedad. Es debido a ello que las medidas restrictivas que se toman son para evitar el descuido en el que cae “la gente que no toma conciencia”.
Según esta lógica, las fábricas parecen esos lugares asépticos en donde el ser humano puede encontrar, en medio de tanto peligro para su salud, un espacio de seguridad en donde el bicho no aparece, mientras que afuera, esperando agazapado y sigiloso detrás de alguna ligustrina o hamaca de un solar al aire libre permanece presto a lanzarse a la yugular de los desaprensivos transeúntes que caminan para dirigirse a un encuentro familiar.
Pero la fábula del gobierno, y del poder monopolista al cual sirve, se cae cuando aparece a la vista de toda la sociedad que los obreros que presentan síntomas de la enfermedad, deben seguir concurriendo al trabajo porque la producción de ganancia es más importante que la salud, como ocurre en el frigorífico Swift de Villa Gobernador Gálvez, localidad vecina a la ciudad de Rosario. Sólo un ejemplo más de los que se han manifestado en otras fábricas a lo largo y ancho del país.
Gonzalo Ovejero, obrero de la sección “picada” tenía 42 años y murió con esta enfermedad.
Sus compañeros dan cuenta que Gonzalo avisó a la empresa por los síntomas y que fue relevado de concurrir a trabajar, tras lo cual fue internado en un sanatorio de Rosario hasta su muerte.
Pero la empresa no detuvo la producción ni canceló el sector para su desinfección y la aplicación de los protocolos de salud. Por el contrario, se mantuvo la actividad debido a la urgencia por el cumplimiento de los contratos con China.
Swift trabaja a full con todo el personal disponible al que agrega obreros contratados por períodos de dos meses. Siendo la exportación el eje central de su producción actual, es claro que los beneficios no son para trabajadores y pueblo de este país. Esto desmiente claramente los argumentos absurdos de un gobierno que afirma que todos sus esfuerzos son para beneficio de la sociedad.
Un gobierno que pretende diferenciarse del partido opositor que reprime a los trabajadores de la salud quienes están en la primera línea de combate contra la enfermedad pero que toma medidas contra los trabajadores en general bajando salarios, promoviendo la terrible inflación acompañada de la escandalosa devaluación que deprime los ingresos del pueblo, utilizando sindicatos para meter palos en la rueda de las luchas obreras y de trabajadores por sus necesidades insatisfechas, desalojando a los ocupantes “ilegales” de los terrenos ociosos de Guernica y otros lugares, mientras fomenta la “ilegalidad” del no cumplimiento de los derechos y garantías fijados en el Art. 14 bis de la Constitución Nacional, que están escritos sobre el agua.
Un gobierno que tiene grabados a sangre y fuego los reglamentos y legislaciones que protegen la propiedad privada capitalista, las ganancias y los intereses fundamentales de los monopolios al tiempo que le “explica” cínicamente al pueblo trabajador las razones por las cuales toma las medidas que hacen descender abruptamente sus condiciones de vida.
Un gobierno que continúa haciendo recaer sobre las espaldas del pueblo el sacrificio de la crisis más grande que el capitalismo haya afrontado en la historia y que antecede a la pandemia detrás de la cual se escuda para justificar todas sus medidas antipopulares.
Un gobierno que nunca sacó ni siquiera una parte de los recursos mil millonarios de los grandes monopolios los cuales sobran para que la población afronte esta situación con mejores condiciones de vida, más robusta en sus defensas físicas, con hospitales adecuados para recibir a los enfermos, con personal suficiente y bien pago para su atención, con elementos abundantes para la detección de la virosis y tratamiento de la misma, con verdaderas ayudas económicas para pequeños negocios y trabajadores independientes que deben soportar este período sin poder ejercer sus ocupaciones y sin medios para afrontar la situación… etc. Por el contrario, a costa de los ingresos del pueblo les otorgó mayores subsidios a través de los ATP, y otras promociones a los dueños de los grandes capitales.
Además, echó todas las culpas a las víctimas del problema, los trabajadores y pueblo laborioso, y sigue apañando a las fábricas y empresas monopolistas que atentan contra la salud de toda la población.
Este gobierno, y la falsa oposición política que le sirve de segunda voz en el coro de la mentira y el poder que representan ambos, deben ser combatidos para que el pueblo argentino pueda alcanzar una vida digna.