La clase dominante a través de sus medios de desinformación intenta, como forma de dominación, meter en la cosa pública, en nuestra agenda, temas que quieren que discutamos. Viniendo de ellos nada es casual, y menos si se trata de la forma en que quieren que lo discutamos. Veamos unos ejemplos:
Nos hablan de la situación que vivimos y automáticamente nos dicen que la solución es votar mejor y que podemos elegir entre «sus» candidatos. Es decir, manipulan la opinión pública constantemente.
Lo más reciente es sobre el policía que muere apuñalado por una persona con problemas mentales. Entonces nos meten el debate de la inseguridad, la grieta, Berni, pistolas Taser sí, pistolas Taser no… Entonces nos llevan al debate de qué es mejor para que repriman, con armas de fuego o con descarga eléctrica. Todo fútbol para la tribuna.
Esta más que claro que no tenemos que elegir entre las opciones que nos ofrece la clase dominante
Sigamos: Escuchando los discursos presidenciales, tildan un banderazo realizado en la puerta de la casa de un juez como fascista. Entonces ¿Qué sería cuando los aparatos afines al gobierno se movilizan a Comodoro Py para apretar a los jueces cada vez que juzgan o declaran los acusados de corrupción?
Cuando en las tomas de distintos barrios del conurbano envían desde barras, policía, gendarmería para desalojar, para cuidar la «propiedad privada», mientras gobiernos y municipios “regalan” las mejores tierras con todos los servicios, accesos y reducción de impuestos para los parques industriales. Doble vara, pura “hipocresía.
O cuando dice que pone un impuesto al dólar para cuidar los fondos del Banco Central, pero en realidad está metiendo una fenomenal devaluación del peso, es decir, del salario de las y los trabajadores.
Esta más que claro que no debemos guiarnos por los discursos sino por los hechos.
Trabajadores y pueblo en general, lejos de debatir temas e intereses ajenos, que lo único que hacen es alejarnos de los problemas que padecemos como clase, que son nuestros magros salarios, nuestras condiciones de trabajo, la pobreza a la que nos llevan quienes quieren distraernos con falsos debates, grietas e intereses para que no resolvamos nuestros verdaderos problemas con nuestras herramientas. Es decir, con lucha, con organización, mediante asambleas resolutivas, ejerciendo la democracia.
Son éstos y no otros los debates que debemos llevar adelante la clase obrera y el pueblo.