Mucha polémica e incertidumbre corre por estos días respecto al regreso a clases presenciales. Primero nos decían que “hasta que no haya vacuna no se vuelve” y ahora, en palabras del propio Trotta, ministro de educación de Nación, “no hace falta la vacuna para volver a clases”. Con esto el gobierno nacional abre las puertas al “regreso a la presencialidad” y le cierra las puertas al falso discursito presidencial de “cuidar la salud de los argentinos”.
El primero en tirar la piedra fue Larreta, desde ya.
Es así que el día de ayer el gobierno de la Ciudad comenzó la apertura de escuelas para los últimos años, en principio, de escuelas técnicas, sobre las cuales nos detendremos en esta nota, aunque el plan proyectado es extenderlo a todo primaria y secundaria para la semana próxima.
Desde los sindicatos, ya sabemos, silencio estampa dando vía libre a los planes de Larreta. A lo sumo alguna que otra entidad han sacado algún comunicado, pero en lo que son peras son manzanas, no movieron un dedo –como de costumbre-.
Muy diferente está siendo la respuesta de los docentes. Se han generalizado las asambleas autoconvocadas en las escuelas –con modalidad virtual- y existe un rechazo unánime a esta iniciativa, con toneladas de argumentos.
Desde el punto de vista sanitario no existe ningún protocolo de vuelta a clases. Más bien, el único protocolo es que ante contagios, la responsabilidad corre por cuenta de las familias, lo mismo que el transporte de los chicos a la escuela. De más está decir que los establecimientos siguen sin tener una limpieza correcta. Le recordamos al lector que ¡ni jabón hay en los baños de las escuelas! Algo que es responsabilidad directa del gobierno, sobre la cual no puede interferir la dirección de la escuela, así como el mantenimiento edilicio, los arreglos eléctricos, y otros aspectos de las lamentables condiciones edilicias de las escuelas públicas.
Las dos escuelas que iniciaron las clases el día de ayer (la técnica 35 y la técnica 27) tienen esta misma situación: unos baños de miseria. La 27, a pesar de ser una escuela de especialidad química, no cuenta con baños en las más mínimas condiciones sanitarias para un contexto de pandemia. De hecho, el baño de hombres central de la técnica 27 parece más el baño de una cervecería que el de un establecimiento escolar ¡y eso que estamos hablando de una de las escuelas “mimadas” por el gobierno de CABA, donde fuera director Policaro, el Director del Área de Educación Técnica de la Ciudad! ¡Imagínese el lector la situación sanitaria de otras escuelas…!
Mientras en la ET 35 los canales de televisión registraban un docente “dictando” clases –algo que es absolutamente ilegal, pues no se puede filmar a menores de edad dentro de la escuela sin su previo consentimiento firmado por sus padres- el detrás de cámara era catastrófico, un agolpamiento de gente que de “distancia social” no tiene nada. Adjuntamos a continuación la imagen que transmiten los medios de comunicación, y el “detrás de cámara”:
Imagen 1: Así se veía ayer en los canales de televisión y en la prensa escrita la «clase» presencial en la Escuela Técnica Nº 35 – «Ing. Latzina».
Imagen 2: Así era realmente el detrás de cámara en la E.T. 35.
Como puede verse en las imágenes, esto fue un circo mediático descarado, acá no se discute la vuelta a clases, sino que se está utilizando a docentes y alumnos para dirimir internas políticas.
Desde el punto de vista pedagógico la vuelta a presencialidad no tiene absolutamente ningún sentido, por sobrados motivos. En primer lugar, el propio marco legal del gobierno de CABA (la resolución publicada el 12/10/2020[1]) no habla de clases sino de “actividades de revinculación” que nada tienen que ver con el contenido de las materias en cuestión, y por ende, la asistencia tampoco es obligatoria. De mas está decir que respecto a estas actividades recreativas tampoco existe ningún tipo de planificación ni orientación siquiera respecto a qué hacer, con qué contenidos trabajar las actividades, etc. Directamente se trata de “levantar la persiana” de la escuela para alardear que “en CABA las clases regresaron” cuando ello es una flagrante mentira.
Uno de los argumentos centrales a los que el gobierno apela para iniciar este proceso de apertura en las escuelas técnicas consiste en la necesidad de que el alumnado acceda a los trabajos de taller y laboratorio, lo cual constituye una preocupación desde el primer día de cuarentena tanto para alumnos como docentes. Sin embargo talleres y laboratorios no serán abiertos todavía. A eso debemos sumarle aspectos técnicos: primero hay que acondicionar los talleres y laboratorios, dado que durante todo el año no se dictaron actividades; segundo que, en clases normales, el inicio de clases prácticas demora, por lo menos 10 días entre que los alumnos organizan los grupos de trabajo, se explican las primeras prácticas, etc; tercero que los laboratorios y talleres finalizan, regularmente, la primera quincena de noviembre, y por lo pronto no hay presentado ningún plan de extensión del ciclo lectivo 2020 para continuar las prácticas en el 2021, con lo cual resulta imposible para los docentes poder planificar cualquier actividad, contenidos nodales de las materias y recuento del material de taller y laboratorio para poder llevar a cabo dichas actividades.
No nos queremos enroscar en aspectos técnicos, simplemente presentar algunos elementos para que el lector comprenda el nivel de improvisación del gobierno y los ministerios de educación –tanto nacional como de CABA-.
Desde el punto de vista de las condiciones de trabajo también debemos resaltar que la paritaria docente de este año se encuentra completamente congelada, con una inflación galopante que no para de crecer. Sumado a eso la enorme masa de docentes no ha sido provista de computadoras ni internet durante todo el año, y para colmo, el trabajo virtual realizado durante meses, es completamente denigrado por las autoridades. Estamos hablando de docentes que en algunos casos cuentan con 600 o 700 alumnos, cuyo seguimiento deben realizar de manera virtual, con alumnos que hacen la tarea en el mejor de los casos con teléfonos celulares y, con suerte tienen datos disponibles. Estamos hablando de docentes y alumnos que no han sido capacitados técnicamente, ni provistos materialmente de elementos para realizar clases presenciales, y sin embargo llevaron adelante esa tarea como pudieron, con un gobierno nacional y de ciudad que repartieron ATP’s para todas las multinacionales del país, pero a la hora de garantizar los más mínimos derechos educativos a los hijos e hijas de nuestro pueblo se lavan las manos olímpicamente, y no por el COVID.
Estos son solo algunos argumentos, para una realidad difícil, donde el asedio mediático pesa fuerte a la hora de comprender cuáles son los verdaderos intereses de esta “vuelta” a clases. Y decimos “vuelta” entrecomillas, justamente porque ni las clases dejaron de dictarse durante toda la cuarentena, ni el regreso a la presencialidad que presenta el gobierno es tal. Acá no se vuelve a la presencialidad a tener clases, se está volviendo a hacer proselitismo político, propaganda para una facción de la burguesía.
[1] Resolución: RESFC-2020-4-GCBA-MEDGC