“La historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases”
Nuestro partido caracteriza que nos encontramos en un periodo actual de resistencia activa.
Como dice la frase de Carlos Marx, a lo largo de la historia, y a partir de la aparición de las clases y del Estado, todo se basó en la lucha de clases.
Apoyarnos en esta afirmación nos ayuda, entre otras cosas, a entender que hay una lucha constante entre explotados y explotadores, entre las clases fundamentales: la clase obrera y la burguesía.
En los momentos que vivimos la burguesía, como clase dominante, tiene la propiedad de los medios de producción, de comunicación, el poder económico y muchos años de experiencia como tal.
Pero más allá de dichas ventajas eso no la hace invulnerable; ni mucho menos.
Su debilidad anida en el descontento social, en el creciente descreimiento a la democracia burguesa y sus instituciones, a las que los pueblos no se resignan. Ello se expresa en huelgas, movilizaciones y enfrentamientos. Y más cuando se trata de un país como el nuestro, donde a lo largo de nuestra riquísima historia más de una vez las fuerzas populares y revolucionarias han hecho temblar su dominio.
Volviendo al principio, si nos encontramos en dicha situación de resistencia es porque la burguesía nos ha puesto en ese lugar con sus políticas de explotación, opresión y represión. Que también se expresa en las dificultades para organizarse frente a alguna injusticia por miedo a perder el trabajo, por ejemplo. Pero al mismo tiempo, también la resistencia se expresa en plantarse cuando hay despidos, suspensiones o reclamos salariales, como viene sucediendo.
En dicha resistencia activa, y principalmente en el proletariado, es donde más necesario se hace tomar desde las vanguardias naturales y en las bases una actitud independiente frente a las tutelas gremiales, desde asambleas resolutivas donde se exprese la democracia directa. Las experiencias mismas demuestran que en el transitar de la lucha es en donde se va reconociendo el poder de fuego de la unidad y la organización, pero principalmente el reconocerse como clase.
Está en los revolucionarios poder romper los techos ideológicos impuestos por la burguesía para poder pasar a otra etapa de la lucha y así poder avanzar a un terreno de ofensiva de masas, yendo por las conquistas y reivindicaciones pero, principalmente, avanzando en organizaciones obreras estables que se vayan marcando un norte de lucha revolucionaria en unidad con el conjunto del pueblo oprimido.