El viernes 6, los trabajadores de Limpiolux conquistaron un aumento salarial gracias a la lucha que dieron durante la semana, en la cual hubo: asambleas, echaron de la delegación del sindicato de maestranza, movilizaciones en planta, entre otras acciones realizadas desde abajo y colectivamente.
LO QUE NO DICEN
Dentro del monopolio Toyota donde los trabajadores producen camionetas que cuestan aproximadamente $4.000.000, un trabajador de la empresa Limpiolux (empresa tercerizada que realiza tareas de limpieza) cobra miseria. Toyota lleva a cabo un plan de reducción de costos salariales e intenta aplicarlo como sea:
-Puestos operativos que antes realizaban trabajadores de Toyota, ahora lo realizan trabajadores de Limpiolux, quienes antes de lograr el aumento, cobraban alrededor de $30.000 mensuales.
-Devaluación de salarios.
-Sobrecarga de tareas. Un ejemplo de esto es la app que intenta obligar a los trabajadores de Toyota a realizar tareas administrativas. Todo esto sumado a los aprietes a compañeros, traslados como forma de castigo y disciplinamiento, etc.
LUCHAR SIRVE
Cuando se dio la lucha, le dieron a los trabajadores de Limpiolux un lugar bien alejado para que hagan la asamblea, no sea cosa que pase a mayores y sirva de ejemplo para todos los trabajadores de la planta. Pero la lucha comenzó a filtrarse y los trabajadores de Toyota se solidarizaban de distintas formas. El viernes después de aceptar la nueva propuesta salarial se cerró este capítulo de lucha con la coronación de haber logrado el aumento, que aunque sigue siendo un salario bajo, quedó la satisfacción de que luchar sirve. Y eso es lo que nos demostraron los trabajadores de Limpiolux.
Luchar sirve para conquistar un aumento salarial. Luchar sirve para que no nos boludeen. Luchar sirve para avanzar por nuestras libertades políticas como trabajadores, para debatir con nuestros compañeros y poder decidir. Luchar sirve para conquistar una vida digna. Pero sobre todas las cosas luchar sirve para reconocernos como clase. Esto es lo que nos unifica. Y esto es lo que tanto temen las gerencias de las empresas y los sindicatos traidores.
Tenemos que estar de la misma trinchera los trabajadores de las contratistas, las tercerizadas y los de Toyota. Sigamos ejerciendo estas prácticas, multipliquemos la resistencia desde todos los aspectos posibles.
¡¡Ellos quieren camionetas de 4 palos, nosotros queremos salarios dignos!!