No vamos a descubrir nada nuevo si afirmamos que el Estado sionista de Israel es un Estado fascista. Como tampoco vamos a pecar de verborragia al afirmar que el Estado de Israel nunca tuvo presente el Holocausto. En todo caso lo hace por oportunismo, pues en los hechos lo que “recuerdan” es cómo replicarlo contra el pueblo Palestino.
Muestras sobran: desde la masacre en el septiembre negro en Jordania donde atacaron un campo de refugiados matando 50.000 palestinas y palestinos, en su mayoría mayores de edad, mujeres y menores; o en Sabra y Chatila junto a fascistas libaneses, donde repitieron la historia, esa vez en otro campo de refugiados. Y así innumerables masacres, incluida la muerte sistemática de niñas y niños a manos de francotiradores, o cuando avanzan y terminan en prisiones políticas. O que la tortura está contemplada como “legal” en la justicia del Estado terrorista de Israel.
Pero las políticas asesinas del Estado de Israel no tienen límite. El 26 de diciembre último tuvieron la “brillante” y cobarde idea de bombardear el hospital infantil Al-Durra en la franja de Gaza. Cosa que muy lejos estuvo de un “error” pues el día 27 (donde no habían pasado ni 24 horas) el ejército irrumpió en el patio del Complejo Médico Palestino de Ramallalh disparando gases y balas de goma, afectando con los gases a internadas e internados por COVID. Lo que constituye una nueva demostración de su carácter perverso y asesino, violando todo tipo de normas de las convenciones de Ginebra y el tan mentado “derecho internacional humanitario”.
Pero más allá de todas esas declamaciones vacías de contenido, donde el Consejo de Estado de la ONU no mueve un dedo, el carácter genocida a Israel no se lo quita nadie. A lo cual debemos sumarle la conducta de países como el nuestro que tiene gobiernos que se proclaman “campeones de los derechos humanos” pero siguen teniendo relaciones oficiales con Israel (hecho inaceptable) tal como ocurre con la mayoría de las naciones.
Ni hablar de la conducta de los medios masivos de la burguesía y de los partidos políticos del sistema (incluida la izquierda trotskista parlamentaria), que se muestran “horrorizados con Venezuela” (que desde ya no tiene nada que ver con semejantes crímenes) pero miran para otro lado frente a semejantes actos terroristas de parte de Israel.
No solo eso: los muy sinvergüenzas se atrevieron a sacar una ley en donde toda mención contra el sionismo o el Estado terrorista de Israel es considerada “un acto antisemita”. Incluso esta nota (de acuerdo a dicha ley) podría ser severamente sancionada.
Nuestro partido repudia contundentemente este acto repugnante del Estado de Israel y los bombardeos a menores que padecen enfermedades, que sufren heridas y -por supuesto- al resto de los pacientes, al grado tal que da hasta pudor hablar de esto en medio de una pandemia mundial.