Reproducimos una nota que salió publicada en un boletín zonal del Partido.
Es necesario comenzar a profundizar las formas organizativas de manera independiente, y plantearse construir experiencias embrionarias, en el terreno local, de un poder de la clase obrera y el pueblo.
Como venimos planteando en boletines anteriores necesitamos, en el marco de la resistencia que nuestro pueblo viene desarrollando, empujar, desarrollar y construir experiencias de Poder.
Esas experiencias que impulsamos y planteamos, no son expresión de deseos sino lo que la necesidad del momento nos plantea para lograr dar un salto en la acumulación de fuerzas para que, como clase obrera y como pueblo, podamos avanzar hacia triunfos sólidos sobre el Poder putrefacto de una burguesía que día a día nos hunde más y más en la miseria, la pobreza profundizando la explotación en pos de su sed de ganancias. Poder burgués sostenido por el Estado que hoy es dirigido por el sector más concentrado de la burguesía: la burguesía monopolista. Donde juegan un papel de lacayos de ese poder burgués, los serviles politiqueros/as y la sarta de funcionarios/as que no saben hacer otra cosa que vivir de la “política” engañando al pueblo trabajador con promesas, “discursos para la tribuna” y derramando las migajas que sobran.
Al poder de la burguesía oponerle desde abajo un poder de nuevo tipo: el poder de la clase obrera y el pueblo.
Desde el PRT planteamos con toda claridad que la lucha de fondo, que toma toda una dimensión política profunda, es por el poder para la construcción de una nueva sociedad.
O sea, acumular fuerzas, experiencias y organización obrera y popular para derribar el poder a la burguesía monopolista para imponer con la lucha revolucionaria el poder obrero y popular (un Estado de nuevo tipo). Dirigido por un gobierno revolucionario de la clase trabajadora y el pueblo. Este gobierno de carácter revolucionario debe asentarse en la clase obrera y las masas populares organizadas y movilizadas. La posibilidad de construcción de ese poder obrero y popular debemos empezar a construir sus cimientos hoy desde esta resistencia que debemos hacerla cada día más activa.
¿Cómo lo podemos empezar a hacer?
Esta pregunta, debemos resolverla y ensayar su respuesta en la práctica, y basándonos en las experiencias histórica de los pueblos que llevaron adelante procesos revolucionarios triunfantes. No nos vamos a detener en estas experiencias, pero si queremos expresar que pelear para conquistar una vida digna, el bienestar social de nuestras familias y de nuestro pueblo, y realmente echar del Poder a esta clase parasitaria (burguesía monopolista) y a estos mamarrachos impresentables de funcionarios y “politiqueros”, no lo vamos a lograr votando a unos u otros cada 2 o 4 años.
Teniendo como norte este planteo, es que decimos que como clase obrera y como pueblo tenemos que romper las trabas y limitaciones que nos ata continuamente a pelear en forma corporativa y dividida por las necesidades que nos aquejan a cada uno por separado. Tenemos que volver a actuar como clase y elevar nuestras luchas al plano político de fondo que nos vaya forjando en la lucha por nuestras aspiraciones colectivas.
Nuestro planteo organizativo va más allá de una actividad o lucha específica de un sector.
Hacernos fuerte en el terreno local es una de las premisas. Uniendo la fábrica con el barrio, la fábrica con otra fábrica, la organización barrial o la asamblea del barrio unirla con otras organizaciones de base, etc. Desde el PRT planteamos que hay que construir comité de base en las zonas, en los barrios, en los parques industriales.
Los comités de base deben ser las expresiones embrionarias de ese nuevo poder que vayamos construyendo con paciencia y perseverancia por abajo.
En una primera etapa tenemos que tomar “el toro por las astas” y organizarnos y unirnos aquellos núcleos de obreros/as de una fábrica, de trabajadores/as de una escuela, de vecinos/as de una organización de base. Y desde ese primer paso tomar las demandas y reclamos de cada sector para hacerlos conocer, difundirlos en el barrio, en las fábricas de la zona, en las escuelas de alrededores, etc. Desde ahí organizar y preparar la movilización que nos permita visibilizar los reclamos y las demandas. Cuando hablamos de movilización no hablamos solo de marchas, sino de acciones que pueden ser de las más variadas que sean capaces de fortalecer esos Comité de Base como verdaderos ámbitos de organización obrera y popular, arrancar conquistas, y golpear los planes de la burguesía.
Pero ¿Qué método organizativo nos permite avanzar en esa lucha por el poder, y construir esos Comité de Base?
La respuesta está en lo que ya conocemos y no queremos, y en lo que buscamos.
Queremos que ese nuevo poder se asiente en la participación y protagonismo de las masas obreras y populares. Ya hay cientos de experiencias autoconvocadas, de unidad de organizaciones de base, de trabajadores/as que van adoptando formas asamblearias donde se debate, se llega a una síntesis, se vota o se acuerda las tareas a hacer, y se ejecuta lo que se resuelve colectivamente. Eso es lo que se llama democracia obrera o democracia directa. Esa es la nueva democracia que tenemos que profundizar en cada lugar donde estemos. Porque esta democracia representativa y delegativa así como la conocemos ya no va más, porque no es otra cosa que una forma de dictadura de los monopolios.