“La jornada laboral no se ha discutido para nada, Lo que prefirieron discutir es un proyecto de prohibir el aborto para que sea rango constitucional. Se inspiraron en lo que pasó en Argentina para crear el Escudo contra el aborto y se aprobó.”
La dominación de la oligarquía financiera en nuestro continente se manifiesta en las formas más crudas y variadas, con grados de explotación y represión política que manifiestan el verdadero y único móvil del capitalismo: la mayor extracción de plusvalía. Por estos días Honduras ha sido noticia en los medios de comunicación a raíz de una nueva caravana camino a Estados Unidos. Grandes masas de hombres y mujeres, niños y niñas que buscan escapar de los exuberantes grados de explotación y represión que allí se viven. Mientras los ojos de la prensa se detienen en ese fenómeno, olvidan mencionar los móviles que llevan a tal éxodo.
Esta misma semana el Congreso Nacional aprobó una reforma Constitucional que prohíbe el aborto –la prohibición ya existía, pero ahora pasó a tener carácter constitucional-. A su vez, se impulsa la extensión formal de la jornada laboral de 8 hs. a 10 hs. diarias –y decimos formal puesto que, tanto en Honduras como en Argentina, en los hechos, la jornada laboral supera las 8 hs. para la inmensa mayoría de la población.
Pero algo quizás más ocultado todavía es la conformación de lo que se conocen como ZEDE’s (Zonas de Empleo y Desarrollo Económico), se trata de zonas liberadas que se entregan a grandes grupos económicos donde inclusive pueden sancionar su propia ley, lo cual incluye, por ejemplo, el derecho a expatriación -¡dentro del propio territorio Hondureño!
Como si todo esto fuera poco, el paso de dos huracanes en 2020 (el último sucedió en noviembre) arrojaron a la calle a millones de personas cuyas viviendas quedaron literalmente bajo el agua. A propósito, reproducimos una nota que nos envía un compañero desde allí:
“Honduras, un país de aproximadamente de 9 millones de habitantes, con una larga historia de represión, de dominación extranjera y dominio por parte de las grandes empresas, nunca ha estado libre de las decisiones de la burguesía y la oligarquía hegemónica que gobiernan las grandes economías del país a través de sus empresas y transnacionales. Honduras siempre ha estado a la vanguardia en los temas neoliberales, ya que muchos de los impulsos que se han llevado través de luchas sociales, populares, han sido completamente detenidas con muy pocos ejemplos de éxito, sin duda, uno de ellos es la huelga del 54´ pero que con el tiempo han logrado eliminar muchos de los derechos conquistados por esa huelga.
Actualmente Honduras, un país pequeño, en el centro del continente, sufre una vez más un ataque con una medida neoliberal que presenta como las Zonas Especiales de Desarrollo y Empelo, ZEDEs, que fueron aprobadas por primera vez en 2013 y apenas en 2020, aprovechando la pandemia y el COVID-19, se está empezando a estructurar con las primeras dos Ciudades Modelo -así se le conoce a este proyecto-.
¿En qué consiste una Ciudad Modelo?
Una Ciudad Modelo es una ciudad completamente independiente en el territorio hondureño, autónomas de las leyes del país, contando con su propio estamento legal y dirigido por personas externas. En otras palabras las ZEDE’s sería entregar una parte del territorio hondureño a cualquier empresa extranjera que desee convertirla en un espacio propio. Casos así se pueden notar en ciudades como Hong Kong, que es una ciudad administrativa solamente, y que aquí sería más represivo, con más problemas que soluciones. Actualmente existe un proyecto en marcha en la isla de Roatán, denominado “Ciudad Próspera” (Honduras Próspera LLC) y existen otros dos proyectos más. Resaltando el hecho de que los obreros, que de por sí ya en Honduras no hay una situación que les prometa un panorama favorable, sino que en cualquier momento se violentan sus derechos, eso pondría más en precariedad las conquistas sociales del país y sobre todo las conquistas laborales, al no tener derechos como tales. Lo que ya se contempla en el Código de Trabajo hondureño y puede generar mayores conflictos entre el proletariado.”
Cada vez es más frecuente encontrar ejemplos donde queda evidenciado el papel de los Gobiernos y los Estados en la lucha de clases. Cuándo la necesidad de la burguesía para imponer sus negocios encuentra algún obstáculo en su propia legislación, se apropia de territorios para crear nuevas formas de administración donde imponer sus reglas y leyes como en el caso de las ZEDE’s. Esto también es Capitalismo Monopolista de Estado.