Al asesinato laboral de un trabajador (en este caso ferroviario) responder con más unidad, rebeldía y organización para hacer crecer la Resistencia Obrera.
Nuevamente la “desidia” patronal golpea a la clase trabajadora. El hecho ocurrió en el depósito de trenes del tren Roca en Llavallol (Partido de Lomas de Zamora, Pcia. de Bs. As.) En este depósito se realizan distintas tareas, donde una de ellas es el lavado de las formaciones.
El martes 19 de enero pasado, cuando comenzaba la madrugada, una cuadrilla de 4 trabajadores ferroviarios comenzaba con parte del trabajo de su rutina, el lavado de una de las formaciones que allí se encontraba. El lavado se comienza por la parte de arriba de la formación. 2 trabajadores suben y es ahí donde el primero es alcanzado por una descarga eléctrica de 25.000 voltios y el segundo es expulsado, desde el techo del tren al piso, producto del impacto eléctrico que se produce sobre el cuerpo de Roberto Pereyra. Roberto se prende fuego, sus compañeros combaten ese fuego con los matafuegos aptos para estos casos, una hora más tarde aproximadamente llegan los bomberos, sacan el cuerpo con vida de Roberto, pero sufre quemaduras que abarcan el 80% en su cuerpo. Esto lo lleva a una agonía de un día aproximadamente, hasta que se produce su “muerte”, mejor dicho, asesinato patronal.
Al momento de salir esta nota no había ninguna repuesta patronal a lo que ocurrió. Solo un comunicado de los perros falderos de ella: la conducción del Sindicato, en boca de su comisión de reclamos. Que expresaba «En cuanto a los procedimientos de la actividad, se mantendrán en privado, para no alterar el marco de investigación y por, sobre todo, priorizar el cuidado de los compañeros». Clara y descaradamente actuando de voceros de la patronal. El típico “desensillar hasta que aclare”, para frenar o impedir cualquier tipo de chispa obrera que pueda encender las broncas acumuladas de años y años de desidia y reclamos.
Hasta acá los hechos y la repuesta patronal a través del sindicato.
Los trabajadores, su palabra, su saber, sus reclamos, sus broncas…
Un trabajador ferroviario en una nota para la Agencia de Noticias Anred escribe: “Ese cable por el que corren 25 mil volts no debía estar energizado en ese momento y los trabajadores encargados de la tarea tenían experiencia y conocían el protocolo de trabajo. La pregunta es entonces, ¿cómo y por qué sucedió?… Hace ya varios meses, los trabajadores del depósito de Llavallol encargados del lavado de las formaciones piden no hacer más esa tarea de noche, porque no había buena visibilidad por no contar con la iluminación adecuada, por lo que justamente habían pedido también arreglar varios artefactos que no funcionaban y, además, agregar otros. Hasta el día de la fecha estas remodelaciones no se han realizado, más allá de pequeños arreglos y los trabajadores siguieron y siguen haciendo esa tarea en condiciones no aptas.
Hace seis años un ferroviario perdió la vida haciendo la misma tarea, en el mismo depósito de lavado de Llavallol; y se dieron también otros “accidentes” que por suerte no fueron fatales. Es preciso mencionar también que en los distintos talleres del ferrocarril debería haber presente una guardia médica o ambulancia para atender a los trabajadores de manera inmediata ya que en esos sectores se llevan adelante tareas que son de alto riesgo. Pero hace poco más de tres años las autoridades definieron sacar las ambulancias porque se gastaba demasiado dinero, explicación que se le dio a los ferroviarios en su lugar de trabajo”.
Por otro lado, un “viejo” trabajador ferroviario le expresa a un compañero: “Es un accidente repetido por falta de protocolo de seguridad adecuado. Cuando se realizan trabajos en el techo del tren, se debe cortar la corriente de alimentación; el mejor método es que la llave de corte tenga agujeros para múltiples candados y el que realiza un trabajo en el techo corte la corriente de alimentación y le coloque su propio candado que lo retira cuando terminó su trabajo.”
Podríamos llenar esta nota de palabras de ferroviarios expresando sus broncas y saberes de cómo se deberían hacer mejor o bien las cosas en sus lugares de trabajo. Todos/as sabemos que esto no es un accidente. Si se pudo evitar, si hay normas de seguridad claras y cada reclamo es escuchado y resuelto como lo planteamos desde la clase trabajadora, si esto no ocurre es desidia y si un trabajador o trabajadora muere producto de ésto es un asesinato laboral.
Desde el PRT expresamos, junto a los compañeros y compañeras del ferrocarril y sus familias, nuestro dolor ante este hecho. También queremos expresar que, a ese dolor sumado a la bronca por lo ocurrido, lo tenemos que transformar en reflexión colectiva, y líneas de acción concretas. Porque la burguesía y sus lacayos de sindicalistas y funcionarios serviles no descansan y buscarán, como siempre, defender sus intereses como clase y profundizar sus ganancias a costa de nuestra explotación, sufrimiento y “muerte”.
En este sentido planteamos que tenemos que tomar en nuestras manos, como clase, la respuesta ante cada una de estas muertes/asesinatos laborales. Ya sabemos el papel que juegan la inmensa mayoría de los sindicatos. Hay que profundizar la organización al margen de esos traidores a la clase, y en contra de ellos como parte de la patronal.
Esa organización la tenemos que hacer en el seno de nuestro sector de trabajo, en nuestra cuadrilla, en nuestro taller. Desarrollando la participación y el protagonismo de nuestros/as compañeros/as en esa pelea para arrancar cada reclamo. Al mismo tiempo, una de las tareas más importante de estos compañeros y compañeras más decididos/as (nuevas vanguardias obreras), es la de planificar y llevar adelante la resistencia a cada ataque patronal.
Intentando masificar esa resistencia, haciéndola lo más activa posible y “cuidando” esa nueva organización de base. O sea, organizar y golpear los intereses patronales. En cada sector de trabajo sabremos el cómo y el cuándo. Desde esa organización de base y esas acciones (que podrán ser de todo tipo), tomar en nuestras manos la unidad con otros sectores, con otros núcleos obreros de otras fábricas de la zona, con el barrio que nos rodea, desplegando e impulsando los Comité de Base en nuestra zona.
Buscando quebrar el aislamiento, construyendo solidaridad, uniendo los reclamos y las acciones para ir “sembrando la semilla” de ese poder obrero y popular que necesitamos para avanzar en nuestras conquistas y en nuestra lucha por una vida digna.