Quién tuvo la posibilidad de ver hoy uno de los programas de la primera mañana televisiva puede haberse visto sorprendido por la conversación que dos periodistas tuvieron. A propósito de las declaraciones de otro periodista «amigo» (Longobardi) se escucharon frases como “¿Por qué ese votante habría de defenderte a vos que me estás diciendo no… pero mirá… que los valores democráticos… y ese votante que está prácticamente agotado, dice no me importa»… En definitiva de lo que estaban hablando es que esta democracia no da soluciones a los problemas desde hace muchos años…
Frases como estas –más allá de la utilización que hagan estos y otros periodistas desde los medios de la burguesía- reflejan que -cada día que pasa- la clase dominante se va sumergiendo en el pantano de la crisis política en la que ya se encontraba inmersa.
Cualquier previsión que pretenda resolver los problemas políticos desde la “gobernabilidad” y la “legalidad” terminan en la cloaca de la politiquería electoral, destruyendo el mapa territorial de control político y poniéndolos en franca debilidad frente al pueblo.
En medio de un nuevo circo de “la grieta” la burguesía monopolista, pretende convencernos que transitamos por la paz, el diálogo y la democracia; planteándonos una sociedad ideal en donde –vaya paradoja- la solución a los males que padece el pueblo queda en manos de los mismos que los han generado.
El engaño queda al descubierto cuando se ve que cada medida no es más que otra vuelta de tuerca para sostener su dominación, la súper explotación, el hambre y la miseria, sobre las amplias mayorías de nuestro pueblo.
Está claro que siempre esconderán la existencia de la lucha de clases y niegan como su máximo oponente a la clase obrera, quienes vamos creciendo en la resistencia activa, enfrentándolos y exigiendo nuestros reclamos. De hecho, recién hoy tuvo un rebote con cierta presencia en los medios nacionales el conflicto en la salud de Neuquén y Río Negro, en donde hace 14 días se han cortado los accesos a los yacimientos de Vaca Muerta.
Más allá que lo reconozcan o no, ese estado de lucha condiciona las medidas que pretenden tomar los gobiernos. Y los monopolios lo saben, por eso utilizarán todo lo que puedan la pandemia que golpea a los pueblos del mundo. Con la destrucción de fuerzas productivas su objetivo es “achicar costos”, o sea, reducir la masa salarial, reducir nuestros salarios.
Pero ojo que comenzamos a transitar un momento en donde la lucha asciende en varios los planos y hay experiencias que ya expresan una avanzada de las conductas que asumirá nuestro pueblo frente a más ajuste.
Ante el desprecio, la mentira y la manipulación, más resistencia, más rebeldía; con masividad e independencia política de cualquier representante de este sistema, rompiendo con toda la institucionalidad burguesa, llámense gobiernos, sindicatos traidores, ministerios públicos y de justicia, de trabajo, la legislación laboral, etc.
Impongamos nuestras reglas de juego desde la más amplia movilización, bien desde abajo, organizados sector por sector, fábrica por fábrica, entretejiendo la unidad de carácter local, involucrando a toda la sociedad, tomando como método de organización central la asamblea, único órgano soberano capaz de darle masividad y contundencia a las decisiones en la lucha emprendida.
Así condicionaremos al gobierno frente a cualquier intención de “disciplinarnos”, generando un ejercicio aún mayor de organización y de movilización, que empuje al surgimiento de una salida revolucionaria que es lo que este momento histórico demanda.
La acción de las amplias mayorías fundidas con las ideas revolucionarias es la única salida de fondo frente a lo que nos ofrece la burguesía; un verdadero cambio de sistema que sepulte el Estado de los monopolios y que ponga como epicentro de todas las cosas, la vida digna que merece nuestro pueblo.