Las y los trabajadores Autoconvocados de la salud de Neuquén decidieron, como resultado de múltiples asambleas locales, rechazar la propuesta mentirosa de aumento salarial que les hizo el gobierno en complicidad con ATE.
Dicha “propuesta” consiste en aumentos de 5% bimestral que se extienden hasta marzo de 2022. O sea que cuando se completen los diminutos aumentos bimestrales, la inflación que se proyecta a más del 40% anual, se habrá comido cada uno de los pequeñísimos porcentajes.
Además, no se contempla en la “propuesta” la recomposición de los salarios de 2020 por IPC (índice de precios al consumo), año en el que no se otorgaron aumentos. Otra trampa consiste también en integrar en ese salario, dentro de esa propuesta y no como adicional, el costo de los uniformes que se les da a cada trabajador por año, conquista ésta que así se desvanecería y terminaría licuándose para siempre.
Hasta allí, el detalle de la mentira del famoso “aumento” de 53% que ATE y el gobierno neuquino se ocuparon en difundir nacionalmente poniendo una falsa nota de asombro ante el rechazo del personal de salud que, desde hace casi 20 días, cortan las rutas neuquinas hacia las cuencas petroleras en medio de una huelga que lleva unos dos meses.
Sin embargo, el estado de ánimo es elevado y esto infunde una firme determinación de continuar con la medida y generalizarla hacia todos las y los estatales, haciendo un llamado a los mismos a plegarse a la lucha por mejoras salariales y condiciones de trabajo.
Es que, en forma unánime, advirtieron que habían logrado un triunfo político por varias razones.
- Contaron desde inicio con un amplio apoyo popular manifiesto en la masiva movilización solidaria del pasado jueves en Neuquén.
- Obligaron al gobierno a sentarse en una mesa de mediación con los autoconvocados, aunque posteriormente el ejecutivo diera marcha atrás y no volviera al diálogo para destrabar el conflicto a pesar de haber decidido un cuarto intermedio, lo cual arrinconó al poder ejecutivo y lo dejó prácticamente sin salida política.
- ATE, sindicato empresarial que presionó para que el gobierno diera esa marcha atrás para no quedar “pintados”, se evidenció, asimismo, aún más, como la quinta columna al servicio del Estado y en contra de los intereses de la clase trabajadora, al proponerse como alternativa de salida a la encerrona en la que había quedado el gobierno, llamando a un paro para que el poder ejecutivo lo convocara a negociar.
- Lograron que el gobierno volviera a discutir paritarias, cosa que se negaba rotundamente tras el “acuerdo” firmado con ATE de aumentar un 15%, en cuotas, los salarios en salud.
- Ese acto de reapertura de negociaciones paritarias, abre la puerta a los demás sectores estatales quienes quedan habilitados, por ese hecho, a reclamar el derecho a rediscutir sus salarios. Impulsados por esa situación creada es que se llama a todas las y los estatales a robustecer la lucha por demandas unificadas de aumentos salariales y mejoras en las condiciones de trabajo.
- Queda sentado como precedente indeleble, que todo esto fue logrado con lucha en donde se destacó la democracia proletaria a través de las decisiones tomadas en asambleas de base, transitando un camino de lucha independiente de toda tutela de partidos del sistema y de sindicatos pro gubernamentales al servicio del poder económico.
- Que el punto sensible por el que puede presionarse y que confiere verdadera fuerza al movimiento de trabajadores es cortando la producción industrial monopolista (en este caso la petrolera y anexos).
- Que los triunfos políticos contra los gobiernos pro monopolistas, se obtienen confrontando fuerza contra fuerza.
- Que el tomar conciencia de este triunfo y con la fuerza acumulada hasta aquí, a pesar del desgaste de la prolongada medida de fuerza, les da un nuevo impulso para continuar con la lucha. Como decimos, la moneda está en el aire.
Ha quedado claro además que el silencio del gobierno nacional es cómplice porque en una situación de pandemia mundial debería actuar para resolver el conflicto a favor del personal de la salud, porque el pueblo necesita imperiosamente de ese servicio, porque tiene la potestad para actuar (así como actúa con decretos de necesidad y urgencia para otros fines) y porque dice ser un gobierno “nacional y popular”.
Ante esta nueva situación generada en donde la necesidad abrió una posibilidad que, a su vez, da curso a una nueva necesidad en un escalón superior, pensamos que es fundamental hacer todos los esfuerzos necesarios para plantar estacas en una organización permanente de los trabajadores en la que se exprese la misma forma que el movimiento generó.
Es decir, basada en un camino independiente de toda tutela estatal e institucional del sistema, libre de estos sindicatos quinta columna, con decisiones y ejecuciones de medidas tomadas en asambleas por sector, locales y más generales. Con delegados y delegadas que respondan a esas asambleas y sujetos a remoción de mandatos por decisión de las mismas.
Es sumamente necesario avanzar en esa organización permanente verdaderamente democrática que defienda los intereses y aspiraciones de la clase trabajadora y que se constituya, a la vez que instrumento necesario para avanzar en las conquistas sectoriales, en faro y guía para ir tejiendo una unidad nacional con otras y otros obreros y trabajadores que albergamos los mismos intereses que las y los trabajadores de la salud.