La UIA quiere despedir y Antonio Caló ofrece persuadir

Publicamos un muy interesante artículo publicado hoy por Asamblea de trabajadores online, elaborado por la Agrupación Metalúrgica Emilio Tomasin de La Matanza.


La dos caras del ajuste y la persuasión que ofrece Antonio Caló.

El debate impuesto por el presidente de la UIA, Funes de Rioja, alrededor del no pago de los salarios al personal que no quiere vacunarse, es una trampa para abrir las puertas a la posibilidad de despido de los trabajadores con enfermedades pre existentes.

En respuesta al pedido empresario, el dirigente metalúrgico, Antonio Caló, después de definir como “una barrabasada jurídica”, adelantó que lo que hay que hacer es: “persuadir a los trabajadores”. “No hay ninguna ley que obligue a los trabajadores que no le van a pagar el sueldo por no vacunarse” argumenta, y recuerda la participación del sindicalismo para resolver los embretes por la pandemia de las patronales : “Creo que los dirigentes gremiales, los dirigentes sindicalistas, cuando vino la pandemia nos pusimos de acuerdo y firmamos una suspensión”, acuerdo que significó una quita importantísima para gran número de compañeros/as que cobraron en sumas no remunerativas el 82 % del sueldo, en muchas empresas sin contabilizar premios y adicionales lo que representó una caída mayor; lo que devino en grandes alivios para las patronales que además cobraron los ATPs.

Si bien puede entenderse como una amenaza el reproche sindical al jefe de la UIA, cuando el líder metalúrgico afirma: “Si tienen algún conflicto gremial por algún compañero que no se vacuna, será responsabilidad de los empresarios”, también adelanta la solución, “que  el empresario trate de hablar con los representantes gremiales para que se haga una persuasión para esos compañeros”, es decir que lo que no se pueda bajo el manto legal, ofrece el manto gremial que muy posiblemente sea la misma solución que brindó al principio cuando acordó las suspensiones (en caso de que el compañero no se “persuada”). Pero además aclara que “A trabajar tienen que ir todos… Ya está todo en condiciones de ir a trabajar. Yo creo que ya todo el mundo tiene que ir a trabajar. La cuarentena se terminó. La gente necesita producir, el país necesita producir”

Lo que no dice Antonio Caló.

En primer lugar, es mentira que no haya legislación como sostiene los industriales de la UIA. Existe y protege al trabajador con enfermedades pre existentes frente a un virus letal. Por otro lado, aquellos trabajadores de grupo de riesgo pueden ser convocados a trabajar después de 14 días de recibir la primer dosis de la vacuna. Los que siguen dispensados son los compañeros con enfermedades inmunodeficientes.

También es mentira que cualquier trabajador (como tramposamente infiere la UIA, que habla del trabajador en general sin aclarar que se refiere a los que tienen enfermedades pre existentes) no este trabajando por no estar vacunado. Desde el primer día de la pandemia millones de trabajadores considerados esenciales han estado expuestos al pie de la producción o en el viaje al trabajo, solo hablando de la industria. Sin nombrar trabajadores de la salud o servicios como los choferes del transporte público. En el gremio metalúrgico, salvo las dos primeras semanas, fueron miles los compañeros y compañeras que asistieron a sus trabajos, todos sin vacunarse. Recién ahora hay compañeros vacunados,  pero la mayoría sigue esperando su turno asistiendo al trabajo y sin objeción de las patronales por el peligro de contagiar a sus compañeros, tal como argumentan ahora. Lo que las patronales quieren, con el jefe de la UIA a la cabeza, es tener las herramientas jurídicas para poder echar a los y las compañeros/as con enfermedades pre existentes.

En todo caso, lo que está en discusión es la obligación de ir a trabajar o no de la persona que no quiere vacunarse y sea del grupo de riesgo, hoy dispensada por decreto. Este es el eje del reclamo industrial. No quieren pagar los sueldos a las personas dispensadas. No les importa si un compañero se vacune o no mientras cumpla con la asistencia al trabajo, sino fijémonos lo que pasa ahora en las fábricas y talleres ¿Cuántos compañeros todavía no se vacunaron y van a trabajar todos los días, sin embargo el empresario no dice ni mú?

La demanda de la UIA para aplicar “sanciones” o no pagar sueldos a los compañeros, lo mismo que el ofrecimiento del sindicalismo para “persuadir” son dos caras de la misma moneda y se llama precarización laboral, ajuste a costa de nuestras vidas. El único remedio frente a este nuevo ataque es la organización independiente de los y las trabajadorxs, organización desde abajo, desde las bases. Uniendo a los y las compañerxs que queramos recuperar nuestras formas de organización para defendernos de los ataques y avanzar en la conquista de derechos. En nuestras manos está la fuerza.

 


http://www.asambleadetrabajadores.online/index.php/component/k2/item/73-por-agrupacion-metalurgica-emilio-tomasin

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