Sin pretender hacer un recuento “exacto” y sabiendo –desde ya- que innumerables luchas han sido ocultadas deliberadamente por los medios de la burguesía, enumeramos las principales confrontaciones de la clase obrera y el pueblo ocurridas en este 2021 que está terminando.
Arrancaba enero con la lucha de trabajadoras y trabajadores aceiteros, y sectores del complejo agroindustrial confrontando con las empresas monopólicas. Tras 20 días de paro, con piquetes en las terminales portuarias y movilizaciones, las patronales se vieron obligadas a ceder a los reclamos y exigencias.
El 1º de febrero se gestó una movilización autoconvocada surgida desde las entrañas del movimiento obrero vitivinícola que haría historia. Hartos de la estafa sindical y de sus corporaciones burocráticas pro bodegas, salieron decididos con bronca e indignación por los sueldos de pobreza a los que estaban condenados.
Por aquellos días ya se movilizaba el pueblo de Chubut en contra del proyecto de las megamineras que impulsaba la gobernación y el gobierno de los Fernández; el mismo pueblo que hace pocos días atrás forzó la anulación de la ley con su notable decisión y firmeza.
Trabajadores ferroviarios de la línea Roca (Depósito Lavallol), familiares y vecinos denunciaban el asesinato laboral de Roberto Pereira; en FAdeA Córdoba despedidos y despedidas injustamente durante el gobierno anterior reclamaban por “las promesas de campaña” de que “todos iban a ser reincorporados”; personal de salud del hospital Larcade (San Miguel, Bs. As.) se movilizaban por una atención de calidad para la población, denunciando la precarización laboral y las condiciones edilicias deplorables; en Toyota (Zarate, Bs. As.) se negaban a ir a trabajar un feriado porque el impuesto a las “ganancias” le arrebata las horas extras; y en Ternium Siderar (Ezeiza, Bs. As.) estaban de paro reclamando el convenio siderúrgico y contra 20 despidos.
El monopolio Swiss Just aprovechaba el fin de semana largo de carnaval para vaciar su planta de logística ubicada en Lomas del Mirador, La Matanza, e “informar” vía Zoom a los 52 trabajadores y trabajadoras que trasladaba toda la operación a 60 kilómetros de allí, dando inicio a una lucha que se mantiene hasta nuestros días.
Conocimos la voluntad de lucha y la resistencia activa en la avanzada del poder con los despidos en LATAM; la rebelión obrera en el frigorífico Arre Beef ocupando la planta acompañados por el pueblo movilizado frente al chantaje y la extorsión de la patronal y el sindicato; y a enfermeras y enfermeros -“primera línea contra la pandemia”- que protestaban en el Obelisco reclamando aumentos de salario, condiciones seguras de trabajo, provisión de vacunas y reconocimiento de la Carrera Profesional. Marzo “cerraba” con laquinta semana de conflicto por la educación en Chaco, con espacios de debate, toma de decisión y coordinación de actividades con otros sectores para enfrentar el ajuste, como el personal de salud, judiciales, de la administración central y de la empresa Sameep.
Abril se “abría” con un histórico paro de 48 hs. de vitivinícolas autoconvocados, con movilizaciones en San Rafael, Cafayate y Mendoza, en lucha por una vida digna y un salario digno; así como con el personal del sistema de salud de Neuquén en contra del impresentable “acuerdo” salarial firmado por ATE y UPCN, impulsando la movilización desde los Trabajadores Autonvocados de la Salud, llevando el conflicto a las rutas de Vaca Muerta. Los cortes de los autoconvocados se extendieron a toda la provincia: Cutral Có, Plaza Huincul, Chos Malal, Añelo, Neuquén, Zapala, Rincón de los Sauces, San Martín de los Andes, todas las arterias provinciales tapadas por ese pueblo trabajador que reclamaba salarios dignos poniendo en jaque la gobernabilidad de los sindicatos y del gobernador Gutiérrez, haciendo valer el peso de “un elefante” que el gobierno de la burguesía no se esperaba.
El 1° de mayo, ese día tan especial para la clase trabajadora, amanece con los choferes del transporte de pasajeros realizando diversas movilizaciones con cortes en el Acceso Oeste, en Ing. Maschwitz y en el Puente Pueyrredón, con trabajadores de las líneas 540, 553, 291, 520, 228, 314, 71,41,707, 130, 740,315,440, 203,57, 216, transporte La Perlita, Monza (60) entre de diversas zonas de Bs. As. de corta y media distancia.
Los trabajadores de Algodonera Aconcagua (perteneciente al grupo Familia) decían basta de atropellos, basta de deshumanización por las condiciones laborales de miseria y el maltrato en medio de la pandemia.
En Tucumán las y los trabajadores rurales cosecheros del limón se autoconvocaban frente a la UATRE que los traiciona firmando pautas salariales a la baja y condiciones laborales paupérrimas e indignas. Los monopolios del limón (con la complicidad del sindicato) reprimen, persiguen y mandar a detener a trabajadores (hasta hubo heridos con un arma de fuego). Después de 19 días de paro se logra una recomposición salarial por encima de lo que había acordado el gremio con las cámaras, recuperándose además el ítem llamado del limón seleccionado que había sido eliminado.
Trabajadores autoconvocados de Danone – La Serenísima denunciaban el fallecimiento por Covid de un compañero, mostrando el desprecio de nuestra vida con protocolos formales, presiones a la hora de trabajar y un sindicato que para lo único que está es para traicionar a los laburantes y arreglar con la patronal.
Despidos en el FF.CC Sarmiento y en el Roca buscaban establecer un marco de legitimidad a la impunidad de los monopolios sostenida por un sindicalismo subordinado a esos intereses, lo que despertaba la acción independiente y decidida desde las bases para frenar semejante atropello.
Mientras la burguesía preparaba su circo electoral, el 1° de septiembre la lucha autoconvocada docente en la provincia de Salta mostraba algo más que un reclamo puntual abarcando todo: lo económico, lo político y lo social. Desde ese batallar cotidiano (que lleva años) se van afianzando metodologías y organizaciones en donde prevalece la verdadera democracia, que es la democracia directa.
En los sectores de la gran industria se respiraban aires tensos. Aumentar la productividad descargando sobre nuestro lomo la actual crisis de superproducción despertó síntomas de resistencia cada vez más virulentos. Un descontento masivo, aunque no apareciera como una propuesta clara, muchas veces son expresiones individuales, otras algo colectivas, pero la clase obrera comienza a hacer sentir esa bronca que viene acumulando hace décadas.
En Acindar Villa Constitución con las paritarias cerrando sumas escalonadas en los niveles que pidió el gobierno, los metalúrgicos ya tenían una pérdida del poder adquisitivo que pasaba largamente el 20%. Aparecieron entonces las asambleas con paradas de equipos exigiendo la reapertura de la discusión salarial o un bono que compense la pérdida.
A principios de noviembre y luego de más de una década de luchas y reclamos, las y los trabajadores adscriptos a la empresa provincial de aguas del Chaco (SAMEEP) conquistaron el pase definitivo a la planta permanente.
Junto a ello y en distintos rincones del país pudimos ver innumerables movilizaciones populares por casos de violencia institucional en manos de las fuerzas represivas del Estado burgués, como lo fue la de Lucas González entre tantas otras; así como la lucha de los trabajadores de la línea 540 junto a los vecinos de barrios populares de Lomas de Zamora por la incorporación de más unidades, con movilización de choferes y vecinos de la zona.
Los trabajadores de la planta de Fernet Branca en Tortuguitas inician un paro por incremento salarial del 35 %, por fuera de lo acordado en la paritaria vitivinícola, y por la efectivización de los trabajadores de agencia.
El mes de diciembre “cerraría” un año caliente de la lucha de clases en nuestro país a escasos días de cumplirse 20 años de las jornadas del 2001. En Chubut, luego de varios días de movilizaciones populares (que incluyeron la quema de más de 15 edificios públicos, entre ellos la casa de gobierno, la legislatura y el tribunal de justicia; un paro por tiempo indeterminado de trabajadores de la pesca, marítimos y portuarios; y varios cortes a los pasos fronterizos con Chile) el gobierno tuvo que derogar la ley que él mismo había hecho aprobar días atrás entre gallos y medianoche a espaldas de las y los chubutenses. Lo que constituyó -sin dudas- una derrota política para la burguesía de no poca magnitud.
Como lo expresamos en la nota de ayer, nuestra clase obrera y nuestro pueblo está escribiendo con mayúsculas una nueva historia, no sin dificultades y trabas, pero en busca de nuevos caminos para el enfrentamiento y la organización.
Revolucionarias y revolucionarios seguiremos trabajando para que todas esas fuerzas populares desemboquen en el torrente de la lucha por el poder en nuestro país.