Podríamos hablar del conflicto entre Rusia y Ucrania, de la potencial suba de boletos, de la exploración de petróleo en el Mar Argentino, de los incendios en Corrientes, de la violencia de género y los femicidios y llegaríamos siempre al mismo lugar, el ovillo termina siempre en la misma punta. El padre de todos estos problemas es el sistema.
Si pensamos, por ejemplo, en el comienzo de clases, por focalizar en un tema próximo, simple y cotidiano (casi doméstico) nos encontramos con mil dificultades de entrada: las y los docentes cobran miserias, no cuentan con infraestructura digna para poder desarrollar bien su trabajo, los chicos y chicas no cuentan con un soporte social para poder cumplir su tarea sin distracciones e incovenientes, porque, en el mejor de los casos, si en el hogar cuentan con trabajo e ingresos (si es que hay un hogar), el entorno, el resto de las compañeras y compañeros, las y los docentes, vecinos y vecinas, etc., que no la están pasando bien en general.
La educación pública es gratuita pero un guardapolvo sale $1.000 pesos, una mochila otro tanto, los útiles una fortuna y ni hablar si se concurre a una escuela técnica. Las y los adultos atravesamos mil obstáculos para vivir y darles alguna perspectiva de futuro a nuestros hijos e hijas y así todo, el futuro NO ESTÁ, cada vez el horizonte está mas desdibujado para las nuevas generaciones si seguimos en la inercia que nos propone el capitalismo.
La vida de todos los que vivimos de nuestro trabajo está destinada a servir, a producir para la burguesía que todo lo decide y lo domina. Nuestras vidas están determinadas por el trabajo del cual recibimos un pago que apenas nos alcanza para volver a trabajar y seguir produciendo para que los dueños de todo sigan aumentando sus ganancias sin producir nada. Pero las condiciones de vida se van deteriorando cada vez mas: comemos veneno, respiramos mierda, o consumimos drogas legales para soportar los ritmos de producción y el estrés o ilegales para anestesiar la locura, cada vez menos podemos aspirar a una casa propia y cada vez mas nos hacinamos en «cajas de zapatos», en verano nos cortan la luz pero las tarifas aumentan mucho mas que los salarios. No se puede mas!
No hay un remiende posible a este caos cruel e inhumano, intentaron todo porque ellos nos necesitan, sino ¿quién haría el trabajo? Somos nosotros los que ya no podemos creer más sus engaños ni soportar su opresión.
Si no producimos un cambio de raíz, si no planteamos una nueva sociedad donde se ponga a la Humanidad y la Naturaleza por sobre las ganancias, donde los avances científicos y la producción sean en beneficio del pueblo y en pos del desarrollo social y NO del mercado, no habrá futuro posible porque ni Mundo va a haber.