Los obreros de la empresa Intertrading SA realizaron un paro por reclamos salariales. 900 trabajadores clavaron esta medida de fuerza a una empresa líder de confección indumentaria que abastece a: Adidas, Nike, Puma y Topper, entre otros grandes monopolios.
El salario que cobran es de $ 33.000, o sea que la hora es menos de 1 dólar.
La explotación y la opresión a la que se ven sometidos los obreros es producto de la exigencia a la productividad, y con ello “legalizan” las horas extras y metodologías nefastas de extorsión.
Los paros se realizaron el 23 de febrero, y el 2 y 4 de marzo.
La empresa respondió con 30 suspensiones. Tras cartón se organizó una movida al ministerio de trabajo. Respuesta de la empresa: despidos.
Entonces se resolvió profundizar las medidas de fuerza.
Esta empresa que produce para los monopolios paga salarios de hambre a pesar de contar con personal especializado.
Esto pone en evidencia -una vez más- la capacidad del obrero argentino en relación a otros puntos del planeta que producen el mismo producto.
Pero la mano de obra barata ha llegado a un punto de inflexión y en esta gran fábrica la resistencia también se ha hecho sentir.
Lógicamente, la prensa amarilla oculta ésta situación de bronca que recorre a la clase obrera, pero -de una u otra manera- se hace sentir cuando la clase dominante tiene que unificar criterios políticos del qué hacer para dominar en aguas tormentosas.
La resistencia está viniendo de la clase y bien por abajo.
Las grandes industrias están sintiendo el golpe y los gremios-empresariales no escapan a la crisis política.
El ausentismo es -entre otras cosas- una expresión de bronca individual. Pero lo cierto es que en la clase se está debatiendo todo en función de lograr una vida digna.
Es algo muy profundo y la resistencia se encargará de ir poniendo las cosas en su lugar.
Es en este marco que esta lucha proletaria de textiles en CABA reafirma la necesidad de acompañar este movimiento por abajo con una elevación de la conciencia en las avanzadas que están enfrentando una política estructural del Estado, con ajustes contra los asalariados y el pueblo todo.