El atentado fallido contra la vicepresidenta Cristina Kirchner es un suceso que se debe enmarcar en la profunda y aguda crisis política que atraviesa a la burguesía monopolista en la Argentina.
Las disputas intestinas en el seno de la clase dominante nos advierten que las contradicciones llegan al grado de provocar el hecho mencionado.
Y que las mismas seguirán su curso en el marco de la descomposición política de las fuerzas del sistema.
Para la clase obrera y el pueblo nada cambia con esta situación.
La grave crisis económica y social que ataca las condiciones de vida de millones de familias proletarias seguirá agravándose al ritmo de las políticas que la burguesía viene implementando.
Por lo que no hay discurso de «unidad nacional» ni de «defensa de la democracia» que valga ni que pueda tapar esa realidad.
Los intereses de la burguesía, por un lado, los de la clase obrera y pueblo oprimido por otro.
Las contradicciones interburguesas se profundizan en un escenario en el que la resistencia de amplios sectores viene creciendo.
Como siempre, la burguesía intentará que nuestras demandas queden para “mejor ocasión” y que nos encolumnemos detrás de sus peleas y disputas.
Los intereses de las clases antagónicas siguen siendo irreconciliables y bajo ninguna circunstancia debemos desviarnos del camino del enfrentamiento, la lucha y el avance en la organización independiente de los explotados y oprimidos contra las políticas que lleva adelante la burguesía y las fuerzas que la representan.