Rebaja salarial, aumento de la productividad y disciplinar a quienes salimos a la lucha es la política de toda la burguesía, más allá de qué facción esté en el gobierno. ¿Un ejemplo? La reciente lucha del neumático. Al principio la clase dominante apareció con un discurso unificado para aislar y hacer de esa lucha un “caso testigo”. La firmeza de las bases obreras sosteniendo las medidas desde abajo generó contradicciones por arriba y ese plan empezó a desgranarse. A pesar del accionar de la dirección del sindicato (SUTNA) haciendo pesar sus intereses electorales con vistas al 2023, convocando asambleas en donde las bases trabajadoras eran convidadas de piedra, apareció el protagonismo obrero actuando sobre el conflicto y llevando adelante un decidido accionar. La mejora salarial conquistada es también un triunfo político.
¿Por qué? Porque no sólo hemos recuperando nuestras mejores tradiciones actuando como clase en verdadera unidad, sino que se doblegó esa “representatividad” impuesta desde arriba que pretendía negociar sin debatir con la base los pasos a seguir. Una metodología que nada tiene que ver con el clasismo y con la democracia obrera. La lucha no pudo se doblegada y se golpeó efectivamente
al capital. Esto generó expresiones de entusiasmo y satisfacción en diversos sectores de trabajadores y marca un cambio de situación. La intención de la clase explotadora de disciplinar a
la clase productora quedó herida. Está claro que la burguesía seguirá intentando garantizar sus planes y ganancias. Esa misma decisión para enfrentarlos es la que debemos asumir desde la
clase obrera. Hay que incorporar a la lucha salarial y por mejores condiciones de trabajo, nuestros derechos políticos y conquistar nuevos escalones. Hay que seguir elevando al plano político el enfrentamiento clasista. Y que cada medida de lucha contemple la necesidad de avanzar en la organización por abajo, con las metodologías de la democracia obrera, ampliando el camino de las luchas para no caer en los límites de la organización de cualquier institucionalidad burguesa.
Rebaja salarial, aumento de la productividad y disciplinamiento de la fuerza laboral es la política de la burguesía.