Así titula el diario digital Infobae[1], y varios medios masivos[2] tratan el tema en forma coincidente.
A simple vista ¡esto contradice toda argumentación referida a la crisis que vive el país!
Pero analicemos más en detalle el significado de “crisis” y esta circunstancia en torno a las ganancias del Merval.
Desde lo económico la crisis es producto de una acumulación de contradicciones que provoca el propio funcionamiento del sistema trayendo como consecuencia una trabazón en el sistema productivo, de distribución y de intercambio, afectando también el consumo, que obliga a la destrucción de fuerzas productivas (desempleo, quiebras de empresas, mercancías que no pueden venderse, máquinas y medios de producción condenados a la inactividad, etc.).
Como es sabido, para los trabajadores y sectores oprimidos del pueblo, las consecuencias son aumento de la pobreza y la miseria, mayor esfuerzo en el trabajo, decaimiento de los ingresos y aumento en la presión impositiva del Estado. Sumado a esto, hundimiento en las perspectivas de cambio para mejorar.
La burguesía también tiene sus consecuencias. Los sectores más débiles se ven obligados a cerrar sus negocios y algunos caen irremediablemente en la proletarización. Pero simultáneamente, los más poderosos se imponen concentrando (acumulando y centralizando) más capital. Quiere decir que se produce un movimiento decreciente en cantidad en los sectores más débiles y creciente en calidad en la parte más poderosa de los fuertes de dicha clase.
Eso explica que la Bolsa argentina haya crecido en más del 30% alcanzando la ganancia porcentual en dólares más grande del mundo mientras las mayorías populares sufrimos las mayores carencias.
Queda más que claro que NO todos estamos igualmente afectados por la crisis económica.
Y esto contradice a toda la afirmación que escuchamos a diario en los medios masivos y de boca de empresarios, funcionarios y sindicalistas que argumentan eso frente al descontento y aspiraciones de los trabajadores a mejorar sus ingresos y condiciones de vida.
Y dado que la crisis y sus consecuencias son producidas por el propio funcionamiento del sistema capitalista, todo gobierno que sostenga el sistema, sea cual fuere su discurso, conduce necesariamente a la profundización de estas situaciones que prolongan las crisis y conduce a otras nuevas.
Las medidas tomadas por el ministro Massa encomendadas por el gobierno peronista de los Fernández han significado para las mayorías conformadas por trabajadores y pueblo oprimido un ajuste brutal que sigue aplicándose y deteriorando las condiciones de vida.
Todo gobierno, sea cual fuere su signo político y las mentiras y promesas que acompañen su gestión, que adopte cualquier tipo de medida económica dentro del sistema capitalista en su fase imperialista va a favorecer la concentración del capital en menor cantidad de manos y la generalización y profundización de la pobreza en el otro extremo.
Esto no tiene remedio. Es y será así. El ritmo de esa concentración será más violento al momento de desatarse la crisis y más pausado entre crisis y crisis.
Pero hay otra crisis que provoca la crisis del sistema y es la crisis política de la clase dominante.
La misma es inversamente proporcional a la concentración del capital ya que con ella se genera el descreimiento, la desconfianza y la búsqueda de una salida al ahogamiento que produce el sistema. En síntesis, cuanto más poderoso económicamente se vuelve el capital, menos influencia política tiene en la población trabajadora y popular.
Ello se manifiesta en luchas, resistencia, tendencia a encontrar caminos independientes de las instituciones del sistema y empuje a la organización basada en la autoconvocatoria y la democracia directa que algunos sectores de masas están poniendo en marcha desde hace tiempo.
Esta tendencia crece, se enfrenta de diversas formas a las políticas de sostenimiento del sistema capitalista que no son otras que la aplicación de ajuste tras ajuste.
La práctica de esta conducta que hoy tiene centro en el protagonismo en germen, pero creciente, del proletariado, es la que obliga, en muchos casos, al gobierno y a la burguesía dominante a dar pasos hacia atrás. A dudar sobre qué rumbo tomar. Porque necesitan del engaño para la gobernabilidad con paz social.
Por eso, precisamente en el plano político es en donde encontramos el talón de Aquiles de la burguesía, su Estado y gobiernos de turno con sus coros de sindicalistas empresariales y a sueldo.
Por eso mismo es necesario robustecer al partido revolucionario del proletariado (única clase capaz de dirigir a todo el pueblo) y desarrollar las organizaciones políticas de masas que puedan hacerles frente y golpearlos de acuerdo a un plan nacional.
Es por esa razón que nuestro Partido debe poner en manos de las y los obreros, de las y los trabajadores en general y los sectores oprimidos del pueblo, estos puntos de vista marxistas sobre el funcionamiento del sistema, las consecuencias del sostenimiento del capitalismo, y el punto por donde se lo puede debilitar hasta ocasionar su derrota definitiva.
[1] https://www.infobae.com/economia/2022/12/23/la-bolsa-argentina-es-la-que-mas-subio-en-todo-planeta-con-ganancias-de-casi-30-en-dolares-este-ano/
[2] https://www.ambito.com/acciones-2022-merval-acumulo-ganancias-del-34-dolares-n5615250