Hasta ayer, el puerto de Rosario estaba sin funcionar y los 5 trabajadores despedidos estaban apostados en las puertas en compañía de sus familias y de varios sectores sindicales, políticos y sociales que actuaban en solidaridad.
Pasado el mediodía, guardia de infantería apoyada por prefectura, bajo las órdenes del fiscal Cobani[1] (nombre más que adecuado) reprimieron con gases y balas de goma al grupo de personas que estaban en el acceso al puerto. A tres de los obreros despedidos que se encontraban en el interior del inmueble los llevaron presos acusándolos de los delitos de usurpación y privación de la libre circulación.
Un niño tuvo que ser derivado al hospital debido a que fue golpeado por los represores.
A pesar del desalojo, sólo ingresó al puerto un grupo de personal jerárquico. Fracaso de las instituciones incluido el sindicato pro patronal.
Por ese motivo, la empresa remitió sendos telegramas intimidatorios al personal del puerto para que se presente a trabajar, bajo amenaza de perder el empleo.
En la fecha, obligados por los telegramas, un grupo de trabajadores se hizo presente en el puerto, pero el piquete continuaba, ante lo cual, la represión actuó nuevamente lanzando gases y balas de goma.
El cariz que ha tomado esta lucha, significa un escalón más en el avance de la resistencia activa de los trabajadores contra la política de ajuste del gobierno de los Fernández a favor de los monopolios.
A la unidad de los trabajadores carentes de organización permanente y enfrentados al sindicato, la empresa, la burguesía que presionaba al tener inactivos sus insumos y mercaderías, y el gobierno ajustador y antipopular, se sumaron expresiones solidarias activas. Entre ellas: AMSAFE Rosario (docentes), ATE Rosario (empleados estatales), CTA Rosario, Aceiteros Rosario, COAD (Docentes universitarios), SADOP Rosario (Docentes particulares), SIPRUS (Profesionales universitarios de la salud), organizaciones sociales, políticas y estudiantiles.
Tal como lo venimos diciendo, la clase obrera en lucha actúa como un imán en la sociedad y, en este conflicto se ha avanzado en presencia concreta, mostrando que la resistencia a las políticas de hambre y miseria, crece y preanuncia tempranamente en este 2023, una conflictividad diferente a la que vivimos el pasado año.
El desprestigio y repudio al sindicalismo entreguista, la debilidad del gobierno, la vacilación de la burguesía (tanto de la empresa como de la que fue afectada en sus negocios), muestra claramente que (a pesar de los cinco despedidos), el haber arrancado las reivindicaciones obtenidas[2], si la clase obrera y los trabajadores en general actuamos con decisión y firmeza por nuestras conquistas, somos capaces de torcerles el brazo.
La presencia de otros trabajadores y expresiones políticas y sociales también confirma que, desde la clase obrera, se irradia la unidad hacia otros trabajadores y sectores sociales sufrientes de las políticas de los monopolios llevadas adelante por los gobiernos de turno, facilitando el avance hacia la elevación política de la lucha y de la conciencia de clase. Tarea ésta a la que contribuirá la propaganda revolucionaria y el fortalecimiento del partido revolucionario.
Asimismo, se expresa claramente la necesidad de que los trabajadores vayan impulsando y construyendo organizaciones independientes que les permitan decidir con democracia obrera y ejecutar acciones de enfrentamiento nacidas desde las bases, para avanzar en sus conquistas, venciendo a aquellos sindicatos que actúan como verdaderos policías de las empresas al servicio de toda la burguesía. Cuanto más masivas sean las luchas y combates contra la precariedad de nuestras vidas y la falta de futuro, más oportunidades de triunfo tendremos, mayores serán nuestra conquistas económicas y políticas.
Cuanto más extendidos en el plano social sean los conflictos, más políticos serán los mismos y, por consecuencia, mayor retroceso provocarán en la voracidad capitalista, mermando también las posibilidades de represión del gobierno y el aparato judicial burgués.
Este largo conflicto de una parte de la clase obrera de más de 40 días, pero que tiene su antecedente en el mes de agosto del año pasado, seguramente se mantendrá latente hasta hacer eclosión, en un futuro no muy lejano, en este sector o en otro que siga su ejemplo, ya que lo ocurrido, se presenta como el germen posible de una nueva actitud de clase del proletariado y un nuevo y más alto escalón en la lucha de clases.
[1] En la jerga carcelaria se le llama “cobani” al guardia cárcel.
[2] Ver nota de fecha 12-01-2023 en esta misma página.