Cada 22 de marzo se conmemora el día internacional del agua. La necesidad de cuidar el agua es el discurso que nos bajan haciendo culpables a los pueblos del despilfarro y el mal uso mientras nos aconsejan reducir el consumo. Con ello intentan esconder una realidad que los propios pueblos sufrimos y que tiene que ver con el despojo y apropiacion de este recurso indispensable.
¿Lo que pasa en los barrios es casual?, ¿Tiene que ver con eso que se está acabando el agua? ¿O con una realidad que desnuda los negocios que hay detrás de todo ello?
Es muy común escuchar que no hay presión de agua. Las redes de AySA no son suficientes para abastecer al pueblo, principalmente en verano. Por ello la gran parte de las vecinas y vecinos de los barrios olvidados virrey del Pino, Catán y Laferrere nunca dejaron de usar el pozo de agua. El problema que se presenta hace un tiempo es que los pozos se están secando. Y más de uno dirá que es por la falta de las lluvias etc. etc. Pero el problema principal está en el consumo masivo y mezquino que hacen los monopolios. Ya con las plantas de producción del frigorífico Coto, Manaos (fábrica de bebidas) y Saf (fábrica de levadura) tenemos un combo terrible de consumo de agua. Estamos hablando de uso desmedido y contaminante de napas en sus diferentes niveles de profundidad.
Muchas veces en los barrios, se ha llegado al extremo de que no haya agua ni para tirar la cadena cuando se va al baño. Mientras al mismo tiempo las grandes empresas que se instalaron en aquellos lugares -mucho después que las vecinas y vecinos-, están secando las napas sin ningún reparo de la situación. De hecho, en la planta de Manaos piensan seguir instalando más líneas de producción para este 2023 y para ello siguen haciendo más pozos.
Así son los monopolios, en las cordilleras con las mineras y en cada lugar donde se asientan, arrasan todo a su paso, saquean, despojan, secan y matan la flora y la fauna, la naturaleza toda. Pero por sobre todo a la propia humanidad.
No les importa nada, ¡hay que pararles la mano!!
Hay una salida para solucionar ésta situación y es la organización para la lucha. Hagamos como los pueblos en Chubut, Mendoza, Tinogasta, Andalgalá en lucha contra el saqueo, la contaminación, etc.
Hay que juntarse en asambleas por barrio en unidad con los mismos trabajadores de dichas empresas -que en muchos casos viven en los mismos barrios donde trabajan- para ir, enfrentar a los verdaderos responsables de la falta de agua. Antes que sus ganancias a costa de nuestras penurias está el ser humano, no como creen ellos y sus ambiciones. Hay que ir movilizados y de forma directa y sin intermediarios contraponer nuestros intereses frente al atropello de nuestras necesidades vitales. Nos quieren hacer creer que hay que presentar una carta al municipio, pero esta es una trampa para que todo termine encajonado.
¡Ejerzamos la democracia obrera y popular para pararles la mano! Nuestras necesidades estan por delante y son los más importante.