Lo primero que tenemos que aclarar es que: los sindicatos actuales tal cual los conocemos hoy y sus elecciones ya son parte, en la inmensa mayoría de estos sindicatos, del andamiaje burocrático y verticalistas de las instituciones burguesas, donde las “elecciones” suelen ser parte del circo en que los obreros/as son convidados de piedra. “Elecciones” para legitimar las disputas o negocios de las distintas facciones de la burocracias. Negocios que en el último tiempo se ha profundizado en ser parte intrínseca del Capital que domina dicha rama que representa ese sindicato. Ese negocio, que es suculento para esos sindicalistas, los ha transformado a la inmensa mayoría en empresarios directamente que explotan mano de obra y/o son dueños de campos, mansiones, autos últimos modelos, donde el lujo, los banquetes y sus vacaciones lujosas son moneda corriente. Todos/as sabemos que los sindicalistas que regentean los sindicatos NO son trabajadores/as que laburan y sufren la explotación y la opresión al pie de la máquina en las fábricas o en sus lugares de trabajo. Obviamente hay sindicalistas de base, clasistas y/o revolucionarios que empujan otro sindicalismo, pero esos son los/as compañeros/as que están en su puesto de trabajo o al pie de la máquina, y desde ahí organizan la lucha por mejores condiciones de trabajo, por el salario o por otras reivindicaciones económicas o políticas (por ejemplo conquistas de libertades democráticas en el corazón de la fábrica donde reina la dictadura patronal)
Aclarado esto vamos a las elecciones en la fábrica BALL del Parque Industrial de Burzaco, que es uno de los lugares donde se dio “la función del circo payasezco” de la UOM.
En BALL ya se había terminado el mandato de los Delegados. No solo que no convocaron en tiempo y forma para renovar los “mandatos”, sino que aparecieron los nuevos Delegados votados por NADIE pero elegidos por los mismos burócratas que dirigen el sindicato, obviamente con la complicidad de la empresa y del siempre “neutral” Ministerio de Trabajo (la otra sucursal LEGAL de las Patronales).
Si bien esto se desarrolló en el marco de la disputa entre distintas facciones (listas) de dirigentes del sindicato, no deja de sorprender que cada vez les importe menos la forma y se muestren tal como son: una caricatura arrastrada, putrefacta y maloliente al servicio de las Patronales.
Sabemos que cuando hay elecciones de delegados, y no hay listas de oposición, las burocracias apelan al hecho consumado e imponen sin ningún problema la lista única como ganadora (Lista que no le ganó a nadie, pero bue).
Pero acá fue “distinto” había 2 listas. Una organizada e impulsada abiertamente por la empresa, donde pagaba (entre $50.000 y $100.000) para quien aceptara ir en la lista, en esa estaba un delegado de la Comisión que “venció” su mandato, más un grupo de “chupaculos” de la patronal. Esta Lista era patrocinada por una facción de la anterior burocracia que ostentaba los sillones de la UOM Avellaneda.
En la otra Lista PRO-PATRONAL (la ganadora) estaban los que responden a la actual conducción del sindicato.
Y así fue que, y nadie sabe cómo, sin que la base obrera de la fábrica votara, la lista de la actual Burocracia ganó la “elección”. O sea a los delegados no los eligió NADIE, o mejor dicho sí, los eligió el sindicato y los puso “a dedo”.
Así fue que, días después, el sindicato apareció en la fábrica a presentar a “sus” ganadores, (avalados por el Ministerio de Trabajo) y, obviamente, firmar la paz social con la empresa que había osado intentar jugar a las “elecciones” utilizando a un par de mulos y engañando a otros/as.
En el medio de esto, y mirando de reojo con total apatía, estaban (y están) los obreros y obreras que todos los días son explotados/as con salarios miserables en turnos rotativos extenuantes por este Monopolio de producción de latas, que tiene ganancias siderales en el mundo. Claro esto es posible, entre otras cosas, por la complicidad de estos dirigentes sindicales y delegados que son verdaderos “mulos” de las patronales.
A esos obreras y obreras les decimos que hay que darle la espalda a estos payasos sindicales y mulos de la patronal, y preparar y organizar por abajo, en forma clandestina o semi clandestina si es necesario, la rebelión de las bases. Para ello es importante comenzar a poner de pie un agrupamiento de obreras y obreras que estén dispuestos a levantar un programa con los reclamos de cada uno de los sectores de la fábrica sumándolo a la eliminación de los turnos rotativos, que ningún obrero/a, ya sea de planta, contratado o tercerizado cobre menos que la Canasta Familiar (hoy estipulada en $400.000, o sea de ahí para arriba); y claramente se tendrá que dar una lucha también por conquistar la libertad de elegir los delegados/as de base como voceros/as de los compañeros/as y no como bufones del sindicato y la patronal.