La lucha del pueblo jujeño ha roto el cerco de silencio impuesto por el poder.
El reclamo político contra la reforma Constitucional se ha transformado en una rebelión que resiste por estas horas una represión inusitada.
Con este levantamiento popular contra un enroque radical-justicialista el pueblo jujeño se ha puesto a la vanguardia en reclamar derechos políticos que van mucho más allá de pretensiones electoralistas.
El gobierno Nacional y el provincial han hecho silencio para realizar y facilitar enjuagues a los grandes negociados fundamentalmente de las mineras. Por estas horas la moneda está en el aire y esa unidad política contra el pueblo ha entrado en una severa crisis.
Ahora aparecen las culpas y en ese camino intentarán llevar las pocas aguas que les quedan a sus propios molinos.
El pueblo en la calle no dará respiro y ratificará a cada hora su decisión de luchar por el derecho político que ha sido cercenado.
No a la reforma de la Constitución.