Impuesto al salario, trampas y especulación electoral


El día de ayer el ministro candidato, Sergio Massa, anunció la eliminación del famoso “impuesto a las ganancias” que no es otra cosa más que impuesto al salario. Veamos de que se trata el famoso impuesto a las ganancias, y cuál es la trampa de Massa en esta nueva jugada electoral.

EL SALARIO NO ES GANANCIA

El llamado impuesto a las ganancias es una estafa, ya que considera los ingresos salariales como “ganancia”, cuando en realidad, el salario es un costo de producción. Ganancia es la del empresario, son dos cosas muy distintas.

Alguno podrá pensar que es un tema de denominación, pero no es así. El salario es el nombre particular con el que se denomina el precio de la fuerza de trabajo. La fuerza de trabajo no es otra cosa más que la capacidad laboral humana, que bajo el sistema capitalista adquiere características mercantiles. En criollo: los proletarios, es decir, esa clase de la sociedad que no posee ningún capital, ningún medio de producción, solo cuenta con su capacidad laboral como única mercancía, y la sale a vender al mercado.

Cuando un capitalista quiere poner en funcionamiento una empresa, adquiere materias primas, maquinarias y contrata obreros asalariados, es decir, compra mercancía fuerza de trabajo. Con lo cual, ya desde el vamos el salario constituye un costo de producción, contemplado como tal inclusive en los mismos libros contables del empresario.

Pero esta mercancía, la fuerza de trabajo, tiene una particularidad especial: es capaz de generar más valor de lo que ella misma vale. En otras palabras, el trabajo humano transforma las materias primas; esa transformación agrega valor, y ese valor creado se lo queda el capitalista, es lo que constituye la ganancia.

Como vemos, el ingreso de las y los trabajadores depende de la venta de una mercancía: la fuerza de trabajo, su capacidad laboral; mientras que el ingreso de la burguesía depende del uso que éste hace de esa mercancía, es decir, de la ganancia que obtiene al explotar la capacidad laboral de los empleados que contrata.

Por eso decimos que el salario no es ganancia, es costo de producción. Una consigna que todos aquellos que nos reivindicamos marxistas venimos levantando hace décadas, muy a pesar de CFK y todo el kirchnerismo y el progresismo, que tildaban a los obreros que pagan impuesto a las ganancias de “privilegiados”. Por eso, el cinismo de Massa no encuentra límite cuando declara lo siguiente:

«Para mí, el salario no es ganancia. Es remuneración, el pago por el trabajo y esfuerzo que hace cada trabajador. Tenemos que terminar con esta locura de que un trabajador no quiera hacer horas extras para no perderla en el impuesto»

LA MEDIDA DE MASSA Y SUS MOTIVOS

Buscando captar votos en una complicadísima elección, Sergio Massa se propuso la eliminación del llamado impuesto a las ganancias, que en realidad constituye un impuesto al salario a más de un millón de asalariados.

Detrás de esta medida hay dos cuestiones: 1º) Obviamente la intención de captar votos. Según un estudio publicado en La Nación[1], los votantes de UxP son aquellos de ingresos bajos –una nota de color, es que en el estudio no aparecen representados los votantes de ingresos “muy bajos” ¿Será que esa es la principal vertiente del abstencionismo electoral?-. El desafío para el peronismo sería entonces recuperar algunos votos en los sectores de ingresos “medios”, dentro de los cuales se encontrarían, según sus clasificaciones estadísticas, las y los asalariados que pagan impuesto a las ganancias.

Es decir que la medida apunta directamente a convocar a un electorado muy específico.

2º) Las grandes empresas atraviesan problemas sistemáticos porque los obreros se niegan a realizar horas extra, debido a que el descuento del afamado impuesto termina licuando completamente el salario: hay casos en que si se hacen horas extra se termina cobrando un sueldo menor al que se percibiría trabajando la jornada simple.

Las multinacionales vienen enojadas con esto hace tiempo, porque les afecta en términos de productividad –siempre, para una empresa, resulta más rentable explotar a un obrero 12 horas, antes que contratar un trabajador extra, o abrir un cuarto turno, etc.-.

Una medida electoral, que además beneficia a lo más concentrado del capital.

LA MEDIDA EN SÍ

Otro aspecto para detenerse es el cómo se implementa. En principio ahora sale un decreto que eleva el tope de “ganancias” a salarios de $1.770.000 brutos. De esta manera, según informó el ministro candidato, para el 1 de octubre quedarían tan solo 80.000 asalariados abonando dicho impuesto “gerentes, jubilados de privilegio o beneficiarios de altos ingresos”.

En paralelo, anunció que presentará un proyecto de ley que, de ser aprobado, recién comenzaría a regir a partir de enero del 2024. La gran pregunta que nos cabe, a tan solo cuarenta días de las elecciones de octubre es ¿Cuándo será tratado el proyecto? ¿Antes o después del 22 de octubre?

Decir que suena a chantaje electoral, es poco…

Por otro lado, el anunciado proyecto de ley plantearía ajustar el impuesto de manera semestral, en enero y julio, y en conformidad con la evolución del Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM). En concreto, el impuesto se gravaría contra todo salario que supere el equivalente a 15 SMVM.

Acá también hay una trampa. No tanto en el plazo inmediato –aunque con estos niveles de inflación nunca se sabe- pero sí al mediano plazo: porque no se trata de una eliminación del impuesto al salario de manera conceptual, sino en su aplicación. Si el SMVM queda congelado por detrás de la inflación, si no se actualiza, entonces el impuesto a las ganancias, con el proyecto de Massa, volverá a absorber paulatinamente a distintas capas del proletariado.

Es lo que ha pasado durante los últimos años. En el gráfico podemos ver la caída real del SMVM (es decir, respecto a la inflación): -36% respecto de diciembre del 2016.

Gráfico 1: Poder Adquisitivo del Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) en función del Índice de Precios al Consumidor (IPC). Base diciembre 2016. Fuente: elaboración propia en base a INDEC.

Recordemos que el SMVM fija el mínimo salarial que deben respetar las paritarias. En la práctica, los acuerdos salariales por convenio están por encima del SMVM, por lo que se constituye tan solo como el monto destinado a planes sociales, y como una referencia para el empleo informal. De hecho, en el siguiente cuadro podemos ver cómo viene cayendo el SMVM, muy por detrás no solo de la inflación, sino inclusive del salario privado.

LA CONTRACARA: SE VIENEN ANUNCIOS DE ELIMINACIÓN DE EXENCIONES IMPOSITIVAS ESPECIALES

La quita del impuesto a las ganancias implica menor recaudación tributaria, en un contexto de crisis de recaudación. Para contrarrestar esta situación se prepara un paquete de eliminación de exenciones impositivas especiales, anunciada como “eliminación de privilegios”.

La caradurez de la burguesía no tiene nombre. Desde estas mismas páginas venimos denunciando justamente que este gobierno le ha quitado impuestos al gran capital como ningún otro. La recaudación impositiva por derechos de exportación es la menor en 20 años. Para tener una idea, el primer semestre del 2023 se exportó lo mismo que en el primer semestre del 2019, sin embargo, la recaudación impositiva por derechos de exportación fue un 60% menor. Ahí entran todos los programas que anuncian tan felices: dólar soja, incentivo a las economías regionales, exención impositiva a las “PyME’s” que en realidad abastecen a la gran industria, etc.

Claro, sobre esa base de eliminación total de impuestos, ahora van a anunciar la quita de “algunos” regímenes especiales: te robo $1.000 pero te devuelvo $10 ¡Mirá que bueno que soy!

La lucha contra el impuesto al salario es una lucha de nuestra clase, combatida durante años por la propia Cristina Fernández de Kirchner. Esta elevación del mínimo no imponible es resultado de la crisis política de la burguesía, que debe realizar concesiones económicas porque no convence a nadie en política. No obstante, tampoco se puede decir que el anuncio de Massa sea tan definitivo como los propios medios de comunicación plantean. Al contrario, tiene varias trampas, características de la especulación electoral que se vive por estos días.


[1] https://www.lanacion.com.ar/sociedad/quien-eligio-a-milei-el-analisis-economico-del-voto-libertario-y-el-grafico-revelador-que-implosiono-nid07092023/#/

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